NO VIVO LA VIDA QUE QUIERO 1
Por
Alejandra Stamateas
Publicado
por: Edgardo Tosoni
Devocionaldiario.org
Pasajes
Claves: “Pero Rut respondió: « ¡No insistas en que te abandone o en que me
separe de ti! Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo
será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí seré
sepultada. ¡Que me castigue el Señor con toda severidad si me separa de ti algo
que no sea la muerte!» Al ver Noemí que Rut estaba tan decidida a acompañarla,
no le insistió más” (Rut 1:16-18).
“En
el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor dispuso el corazón
del rey para que éste promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera
la palabra del Señor por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por
escrito, el rey decretó lo siguiente: «Esto es lo que ordena Ciro, rey de
Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la
tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén,
que está en Judá” (Esdras 1:1-2).
El
primer pasaje de este mensaje trata acerca de la historia de tres mujeres:
Noemí, Rut y Orfa. Noemí vivía junto a su esposo y sus dos hijos en Belén de
Judá. Debido a una hambruna en el país, la familia se fue a vivir a Moab. En
aquella tierra extranjera murió su esposo y sus hijos se casaron con dos
mujeres moabitas: Rut y Orfa. Tiempo después los dos hijos también murieron.
Ante estos acontecimientos Noemí dijo: “Voy a volver a Belén, mi tierra, porque
Dios visitó ese lugar y allí hay comida. Si me quedase acá me moriría de
hambre”. Así que esta mujer se fue de Moab junto con sus dos nueras. Mientras
estaban camino a Belén, Noemí les dijo: “He estado pensando… ¿para qué van a
venir conmigo si ya no puedo tener hijos y por ende, no puedo darles un
esposo?”.
Cabe
destacar que en ese momento las mujeres solo eran valoradas si tenían un
esposo. Lo cierto es que estas tres mujeres no estaban conformes con la vida
que estaban llevando. Eran viudas, tenían problemas económicos y no se
encontraban en el lugar donde querían estar. ¿Alguna vez te pasó una situación
similar? Es posible que digas “No estoy viviendo la vida que quiero” desde la
frustración o desde el deseo.
Si
lo decís desde la frustración, esa frase que pronuncias te lleva a la inacción,
pues al sentirte frustrada piensas que siempre vas a estar en esa condición.
Con frecuencia muchas mujeres visualizan aquello que quieren lograr y exclaman:
“¡Qué lindo sería vivir de esa manera!”, “¡qué lindo sería poder viajar!” o
“¡cómo me gustaría tener esta familia!”. Si bien se ponen una meta mental, no
visualizan el proceso, es decir, el camino que tienen que desandar para llegar
a ese objetivo. Esto hace que se frustren, pues odian el lugar dónde se
encuentran y al mismo tiempo ven lejano e imposible ese sueño que quieren
alcanzar.
En
este tipo de situaciones aparece el denominado pensamiento mágico que consiste
en creer que en la vida hay algo perfecto que uno no está alcanzando. Por
ejemplo, decís: “Hay un cuerpo perfecto que no tengo”, “hay un trabajo ideal al
que nunca podré acceder” o “hay un hombre perfecto que nunca podré tener”. Como
nunca alcanzas ese mundo perfecto al que deseas llegar, terminas sintiéndote
inconforme y desvalorizando el lugar en el que te encuentras. Al ocupar ese
estado imaginario un lugar muy importante en tu mente, empiezas a vivir con los
“no tengo”: “No tengo pareja”, “no tengo familia”, “no tengo dinero ni
inteligencia” o “no tengo capacidad ni fuerza de voluntad”.
Lo
único que hacen esas frases que te repetís a vos misma día tras día es
provocarte más frustración, porque el pensamiento mágico te señala
constantemente la vida perfecta que deberías tener.
(CONTINÚA…)
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