HAZ
LO QUE TE VENGA A LA MANO
Fuente: Dr. Roberto Miranda
Congregación León de Judá
Porque la palabra de la cruz es
necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de
Dios. 1 Corintios 1:18
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El SEÑOR extenderá desde Sion
Tu poderoso cetro, diciendo: "Domina en medio de Tus enemigos." Salmos
110:2
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Continuamos con
nuestro estudio de la vida llena del Espíritu Santo y cómo Dios nos lleva a
tener esa experiencia de recibir esa infusión de poder, esa visitación con
poder del Espíritu Santo en nuestras vidas, y lo estamos viendo a través de la
vida del rey Saúl.
Vemos esta
trayectoria a través de la cual Dios lleva a este hombre a quien Él quiere usar
y lo pone en contacto con gente llena del Espíritu Santo, gente que conoce los
misterios del Espíritu, que ha estado en esos lugares donde Dios habita con poder
y lo lleva a contagiarse con esa fuerza que estos hombres, profetas de Dios,
ejemplifican.
Y hemos visto cómo
Dios quiere caer sobre nuestra vida con poder, quiere caer sobre nuestra vida
en una forma manifiesta, en una forma sobrenatural y dinámica, y no solamente
en una forma quieta y apacible sino que también con tormenta, y con dinamismo
de Dios. Y vemos que cuando Dios se manifiesta en nuestra vida los dones del
Señor comienzan a fluir sobrenaturalmente como fluyeron en el caso de Saúl.
Vemos también que
somos cambiados. Nuestra personalidad comienza a cambiar y como que el poder y
las cualidades del Espíritu Santo comienzan a manifestarse en nosotros, y
entonces se espera que con esa unción de Dios que ahora habita dentro de
nosotros aprovechemos toda oportunidad que venga en nuestro camino para hacer
las obras que Dios quiere que llevemos a cabo.
Y ¿sabes qué? una
vida llena del Espíritu Santo no tiene que comenzar con obras multitudinarias o
con grandes manifestaciones de Evangelismo, sino que puede comenzar con cosas
pequeñitas en tu Iglesia, cuando tú sirves al Señor en aquellas cosas pequeñas
que Dios abre en tu camino. Yo pienso que por ejemplo, una de las cosas más
pequeñas que uno puede hacer en una Iglesia pero tan útiles es orar por su Congregación,
orar por sus Pastores, orar por sus líderes. Si tú no puedes hacer más nada
puedes comenzar orando en el Poder del Espíritu Santo y creyendo que Dios va a
usar esas oraciones, esas intercesiones para bendecir a tu Iglesia y a tus
líderes.
Otra cosa que puedes
hacer es diezmar y apoyar a tu Iglesia con tu dinero, eso es una obra también
que podemos hacer sobrenaturalmente. Podemos pedirle al Señor que multiplique
los dineros que nosotros compartimos para el avance de la Obra del Señor.
Mucha gente no estará
inicialmente capacitada para predicar o para dar una clase bíblica pero puede
dar dinero, puede dar su diezmo que es lo que Dios espera que nosotros demos,
lo mínimo que debemos dar para apoyar el Reino de Dios.
Podemos testificar en
nuestros trabajos de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Quizá tú no puedes
predicar un gran sermón que aplique a multitudes, pero puedes compartir con un
amigo, con tus familiares de lo que Dios ha hecho en tu vida. Todos podemos
invitar a alguien a que venga a la Iglesia y creer que al hacerlo, la autoridad
de Dios y la convicción de Dios va a caer sobre esas personas a quienes
invitamos a buscar de Él. Y podemos compartir nuestro testimonio, simplemente
lo que Dios ha hecho en mi vida, el cambio que yo he experimentado cuando he
dejado que Cristo entre a mi corazón.
Podemos comenzar
también a estudiar la Palabra de Dios, porque la Palabra de Dios tiene poder y
cuando entra a nuestras vidas, activada por el Poder del Espíritu Santo que
está en nosotros se abre y comienza a hacer cosas grandes y transformadoras.
Podemos comenzar a
orar por los enfermos también. Alrededor de nosotros hay mucha gente enferma,
deprimida, triste, oprimida por el enemigo, y con el Poder de Dios que está en
nosotros podemos hacer las obras de Dios y orar. No tenemos que ser grandes
evangelistas o grandes Pastores, sino que todo creyente que tiene el Espíritu
Santo dentro de Él o de ella tiene la autoridad de Dios para orar.
Yo he visto mujeres
no educadas, bien humildes, bien sencillas, apenas saben leer o escribir y sin
embargo tienen la llenura del Espíritu Santo y son un ejemplo para mí de una
piedad ejemplar que ejemplifica la unción y el Poder de Dios, porque lo que
importa es la Presencia de Dios en nosotros. Dios no necesita tanto nuestros
conocimientos intelectuales o nuestra fortaleza física, o nuestra apariencia
como necesita simplemente la sujeción a Su Espíritu y la búsqueda de Su Poder,
y la humildad que permite que Su Poder se manifieste a través de nuestros
esfuerzos. Hay muchas cosas que tú puedes hacer para poner en obra la Presencia
del Espíritu Santo.
Si tú eres un
creyente que ha recibido la unción de Dios, entonces haz lo que te venga a la
mano. Haz lo poco o mucho que dé. Los dones se desarrollan por medio del uso,
los dones se desarrollan por medio de la obediencia, se desarrollan por medio
de aprovechar las oportunidades que Dios pone en nuestro camino.
No tenemos que ir a
un continente lejano a predicarle a multitudes que están en medio de la
ignorancia. Alrededor de nosotros hay cantidad de oportunidades que Dios quiere
poner en nuestras manos para ser siervos útiles, y lo único que necesitamos es
la disponibilidad y ojos alertas para ver que los campos están blancos para la
siega.
Si nosotros creemos que Dios nos ha ungido con Su
Poder, entonces no nos faltarán oportunidades para ser grandemente usados por
Él, aún con todas las imperfecciones que tendremos como las tuvo el rey Saúl. Y
veremos más adelante que cuando Saúl experimenta esa visitación del Poder de
Dios, ciertamente algo sucede y se activa una capacidad increíble para unificar
al pueblo y hacer grandes obras de liberación a esa nación que necesita el
Poder de Dios.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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