martes, 20 de mayo de 2014

HAZ LO QUE TE VENGA A LA MANO

HAZ LO QUE TE VENGA A LA MANO
Fuente: Dr. Roberto Miranda
Congregación León de Judá
Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios. 1 Corintios 1:18
El SEÑOR extenderá desde Sion Tu poderoso cetro, diciendo: "Domina en medio de Tus enemigos." Salmos 110:2
Continuamos con nuestro estudio de la vida llena del Espíritu Santo y cómo Dios nos lleva a tener esa experiencia de recibir esa infusión de poder, esa visitación con poder del Espíritu Santo en nuestras vidas, y lo estamos viendo a través de la vida del rey Saúl.
Vemos esta trayectoria a través de la cual Dios lleva a este hombre a quien Él quiere usar y lo pone en contacto con gente llena del Espíritu Santo, gente que conoce los misterios del Espíritu, que ha estado en esos lugares donde Dios habita con poder y lo lleva a contagiarse con esa fuerza que estos hombres, profetas de Dios, ejemplifican.
Y hemos visto cómo Dios quiere caer sobre nuestra vida con poder, quiere caer sobre nuestra vida en una forma manifiesta, en una forma sobrenatural y dinámica, y no solamente en una forma quieta y apacible sino que también con tormenta, y con dinamismo de Dios. Y vemos que cuando Dios se manifiesta en nuestra vida los dones del Señor comienzan a fluir sobrenaturalmente como fluyeron en el caso de Saúl.
Vemos también que somos cambiados. Nuestra personalidad comienza a cambiar y como que el poder y las cualidades del Espíritu Santo comienzan a manifestarse en nosotros, y entonces se espera que con esa unción de Dios que ahora habita dentro de nosotros aprovechemos toda oportunidad que venga en nuestro camino para hacer las obras que Dios quiere que llevemos a cabo.
Y ¿sabes qué? una vida llena del Espíritu Santo no tiene que comenzar con obras multitudinarias o con grandes manifestaciones de Evangelismo, sino que puede comenzar con cosas pequeñitas en tu Iglesia, cuando tú sirves al Señor en aquellas cosas pequeñas que Dios abre en tu camino. Yo pienso que por ejemplo, una de las cosas más pequeñas que uno puede hacer en una Iglesia pero tan útiles es orar por su Congregación, orar por sus Pastores, orar por sus líderes. Si tú no puedes hacer más nada puedes comenzar orando en el Poder del Espíritu Santo y creyendo que Dios va a usar esas oraciones, esas intercesiones para bendecir a tu Iglesia y a tus líderes.
Otra cosa que puedes hacer es diezmar y apoyar a tu Iglesia con tu dinero, eso es una obra también que podemos hacer sobrenaturalmente. Podemos pedirle al Señor que multiplique los dineros que nosotros compartimos para el avance de la Obra del Señor.
Mucha gente no estará inicialmente capacitada para predicar o para dar una clase bíblica pero puede dar dinero, puede dar su diezmo que es lo que Dios espera que nosotros demos, lo mínimo que debemos dar para apoyar el Reino de Dios.
Podemos testificar en nuestros trabajos de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Quizá tú no puedes predicar un gran sermón que aplique a multitudes, pero puedes compartir con un amigo, con tus familiares de lo que Dios ha hecho en tu vida. Todos podemos invitar a alguien a que venga a la Iglesia y creer que al hacerlo, la autoridad de Dios y la convicción de Dios va a caer sobre esas personas a quienes invitamos a buscar de Él. Y podemos compartir nuestro testimonio, simplemente lo que Dios ha hecho en mi vida, el cambio que yo he experimentado cuando he dejado que Cristo entre a mi corazón.
Podemos comenzar también a estudiar la Palabra de Dios, porque la Palabra de Dios tiene poder y cuando entra a nuestras vidas, activada por el Poder del Espíritu Santo que está en nosotros se abre y comienza a hacer cosas grandes y transformadoras.
Podemos comenzar a orar por los enfermos también. Alrededor de nosotros hay mucha gente enferma, deprimida, triste, oprimida por el enemigo, y con el Poder de Dios que está en nosotros podemos hacer las obras de Dios y orar. No tenemos que ser grandes evangelistas o grandes Pastores, sino que todo creyente que tiene el Espíritu Santo dentro de Él o de ella tiene la autoridad de Dios para orar.
Yo he visto mujeres no educadas, bien humildes, bien sencillas, apenas saben leer o escribir y sin embargo tienen la llenura del Espíritu Santo y son un ejemplo para mí de una piedad ejemplar que ejemplifica la unción y el Poder de Dios, porque lo que importa es la Presencia de Dios en nosotros. Dios no necesita tanto nuestros conocimientos intelectuales o nuestra fortaleza física, o nuestra apariencia como necesita simplemente la sujeción a Su Espíritu y la búsqueda de Su Poder, y la humildad que permite que Su Poder se manifieste a través de nuestros esfuerzos. Hay muchas cosas que tú puedes hacer para poner en obra la Presencia del Espíritu Santo.
Si tú eres un creyente que ha recibido la unción de Dios, entonces haz lo que te venga a la mano. Haz lo poco o mucho que dé. Los dones se desarrollan por medio del uso, los dones se desarrollan por medio de la obediencia, se desarrollan por medio de aprovechar las oportunidades que Dios pone en nuestro camino.
No tenemos que ir a un continente lejano a predicarle a multitudes que están en medio de la ignorancia. Alrededor de nosotros hay cantidad de oportunidades que Dios quiere poner en nuestras manos para ser siervos útiles, y lo único que necesitamos es la disponibilidad y ojos alertas para ver que los campos están blancos para la siega.
Si nosotros creemos que Dios nos ha ungido con Su Poder, entonces no nos faltarán oportunidades para ser grandemente usados por Él, aún con todas las imperfecciones que tendremos como las tuvo el rey Saúl. Y veremos más adelante que cuando Saúl experimenta esa visitación del Poder de Dios, ciertamente algo sucede y se activa una capacidad increíble para unificar al pueblo y hacer grandes obras de liberación a esa nación que necesita el Poder de Dios.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



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