miércoles, 7 de mayo de 2014

UN CUERPO GLORIOSO

Fuente: Mensajes Cristianos.net

 ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen?
 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como Él es.
Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aún para sujetar todas las cosas a sí mismo.
Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían un espíritu.
Se apareció a Cefas y después a los doce; luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen;
Si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.
I Co. 15:35   I Jn. 3:2   I Co.15:49   Fil. 3:20,21   Lc. 24:36,37   I Co. 15:5,6   Ro. 8:11
Descripción: jesus    mensajes de aliento, devocionales cristianos, mensajes cristianos Han perseguido al que ya tú has herido.
   Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen!
a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis.

Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban, diciendo: Adivina, Cristo, ¿quién es el que te ha golpeado?

De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose de Él, decían: A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El.

Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera.

Ciertamente El llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido.

 Sal. 69:26   Lc. 17:1   Hch. 2:23   Mt. 26:67,68;  27:41,2   Hch. 4:27,28   Is. 53:4

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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