ALUMBRA
Fuente:
Renuevo de Plenitud.com
Hace
cientos de años, había un hombre en una ciudad de Oriente.
Un
hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de
aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin
luna como aquella.
En
determinado momento, se encuentra con un amigo.
EI amigo lo mira y de pronto lo reconoce Se da
cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo entonces, le dice: ¿Qué haces Guno,
tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…
Entonces,
el ciego le responde: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino.
Yo conozco la oscuridad de las calles de
memoria.
Llevo
la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí… No sólo es
importante la luz que me sirve a mí sino también la que yo uso para que otros
puedan también servirse de ella.
¿No
sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me
lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?-
Cada
uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por
otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar
el camino de los otros no es tarea fácil, muchas veces en vez de alumbrar,
oscurecemos mucho más el camino de los demás.
¿Cómo?
A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el
resentimiento… ¡Que hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los
demás, sin fijarnos si lo necesitan o no! Llevar luz y no oscuridad.
Si
toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría
día a día con mayor intensidad.
Luz,
demos luz. Tenemos en Jesús el motor que enciende cualquier lámpara, la energía
que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está
en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas.
Lucas 8:16
Nadie que enciende una luz
la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un
candelero para que los que entran vean la luz.
Juan 1:5
La luz en las tinieblas
resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló,
diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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