LÍMITES EN EL MATRIMONIO
Fuente:
Luis y Hannia Fernández
Renuevo
de Plenitud.com
Debe
haber ciertos límites en la relación matrimonial, porque son los que lo van a
proteger del deterioro.
Estos
límites los ha establecido el que diseñó y creo el Matrimonio.
Entre
ellos están:
EL
RESPETO.
Este
es primer y más importante límite en toda relación humana y especialmente en el
Matrimonio; porque si se pierde este límite, la relación puede caer en una onda
destructiva. Las faltas de respeto destruyen la confianza y borran las cosas buenas
que se hayan hecho. Es normal que tengan diferencias de criterio para tomar
decisiones, pero esas diferencias deben manejarlas con respeto, considerando
las opiniones del otro como válidas e importantes, igual que las suyas.
Entonces exponen sus argumentos, oran pidiéndole sabiduría a Dios y tratan de
ceder y ponerse de acuerdo. Si aun así no logran ponerse de acuerdo, busquen
alguna ayuda espiritual que les ayude a discernir la situación. Pero nunca
traten de imponer su criterio ni de exigir al otro. Eso es una falta de
respeto.
LA
CONSIDERACIÓN.
Este es otro límite importante, que deben
tener todos los matrimonios. Tiene que ver con la conciencia del trabajo de
cada uno y considerar el esfuerzo que hace el otro. Deben considerarse
mutuamente y estar siempre dispuestos a balancear las cargas de trabajo y de la
casa. Valorar el trabajo de cada cual.
LA
FIDELIDAD.
Este límite es vital para la estabilidad
emocional del Matrimonio. Ambos deben afirmarse constantemente dándose palabras
de afirmación hasta que la muerte los separe. Para lograr asegurar a su cónyuge
en esta área, es necesario que ambos sientan la libertad de expresar sus
sentimientos, sus ideas, sus sueños y anhelos sin que el otro le invalide ni le
imponga su propio criterio. La libertad de expresión en el Matrimonio afirma y
fortalece la Fidelidad.
EL
ORDEN DE PRIORIDADES.
Vivir
una vida de obediencia a la palabra de Dios y tener una relación personal con
el Señor debe ser la prioridad número 1; luego la atención al cónyuge, después
los hijos, después el trabajo, luego los familiares y luego la Iglesia. Este es
el orden de prioridades que le da a la familia el marco de estabilidad
emocional que necesitan para poder manejar bien las relaciones.
LA
HONESTIDAD.
Este
límite incluye hablar siempre con la verdad, honesta y transparentemente. La
mentira por más pequeña que sea, siempre va a producir problemas en algún
momento de la vida. El engaño y la deshonestidad siempre van a traer malas
consecuencias tarde o temprano. Ambos cónyuges deben ponerse el límite de la
honestidad y hablar la verdad siempre, abriendo el corazón y expresando
sentimientos y emociones y orando juntos el uno por el otro.
Si
alguno de los cónyuges ha fallado en estos límites, no le juzgue ni le condene.
La mejor manera de ayudar a un cónyuge que está fallando en alguna de estas
áreas no es criticándole ni regañándole. Es hablando al respecto con paz y
sabiduría y tomando la decisión de hacer las cosas bien, a la manera de Dios.
Tomen
la decisión de perdonarse por haber fallado en alguno o varios de esos límites
y decidan hacer el esfuerzo de no volver a pasarlos y apoyarse, perdonarse y
levantarse cuando alguno falle ocasionalmente.
Tú
matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
¡CUÍDALO!
RECIBE
UNA Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro
Cristiano “Cristo es la Puerta”
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