MUJERES
(ERRORES QUE DEBEMOS EVITAR)
Fuente:
José Luis y Silvia Cinalli
devocionaldiario.org
1.
DECIR AL ESPOSO: “NECESITAMOS HABLAR”.
Para
un hombre existen pocas palabras más intimidantes que éstas, especialmente si
es una mujer quien las dice. Cuando un hombre escucha estas palabras piensa:
“cometí un error”.
Los
hombres no están en el negocio de hablar, sino de “arreglar”. Comunicar, nutrir,
escuchar los problemas y comprenderlos sin la obligación de solucionarlos es
algo para lo cual la mayoría de los hombres no han sido educados. “Dejen que un
niño se caiga de la bicicleta y se raspe la rodilla, todo el mundo le dirá que
se levante, que deje de llorar y que lo olvide. “Sé un hombre”, le exigimos. No
se discute cómo se sintió en el momento en que tocó el suelo; nadie le pregunta
si quiere hablar sobre el posible trauma. La respuesta automática es decirle
que se sacuda, que se levante y que aprenda a no caerse. Sería genial que las
mujeres dejaran de iniciar conversaciones con la frase: “necesitamos hablar”.
En
cuanto pronuncian esas palabras, nuestras defensas se encienden, las
herramientas de reparación salen de sus estuches, el sudor fluye, y repasamos
cada cosa que hicimos la semana anterior para indagar qué estuvo mal, cuándo
sucedió y cómo lo arreglamos para salir del lío lo más pronto posible. De
hecho, creo que es una muy buena idea que si quieren desahogarse, comiencen la
conversación con algo como: “amor, mira, no es que haya pasado algo, pero
quiero hablar sobre esto”. Esa es una forma buenísima de iniciar la
conversación, nos permite relajarnos, bajarnos del estrado, guardar las
herramientas para “arreglar” problemas y, por fin, sentarnos a escuchar lo que
quieren decir” (Steve Harvey).
2.
COMPARAR AL MARIDO.
Otro
gran error que cometen las mujeres es comparar al hombre real que tienen a su
lado con el hombre ideal de la pantalla televisiva. Una mujer casada expresó a
su terapeuta qué esperaba de su esposo: “Me gusta el hombre que se cuida,
expresa sentimientos y es romántico, al estilo de Brad Pitt o Tom Cruise; pero
que sea un galán como James Bond y proveedor y protector como Conan el Bárbaro
o los hombres del viejo oeste. Pienso que el hombre ideal es aquel vampiro de
Crepúsculo. Me gusta aquel hombre de Lo que el viento se llevó y aquel bailarín
de Cantando bajo la lluvia…, ah, desearía que sea un poco de cada uno de
ellos…”. El primer consejo del terapeuta matrimonial para aquella mujer fue:
¡deje de ver tantas películas!
Esta
ilusión del amor hollywoodense ha llevado a muchos matrimonios al fracaso. Ese
amor de guion, ensayado y con las escenas editadas no existe en la vida real.
Una de las peores cosas que puedes hacer es comparar a tu cónyuge con otra
persona. Si comparas a tu marido con el galán de la televisión, prepárate para
la frustración y el desencanto; en lugar de eso, mira con otros ojos. Aprecia
todo lo bueno que tiene ese hombre de carne y hueso que ha decidido compartir
la vida contigo.
3.
BUSCAR LA REALIZACIÓN PERSONAL A TRAVÉS DEL MATRIMONIO.
Si
no eres feliz siendo soltera, tampoco lo serás cuando estés casada. La
felicidad se logra en la relación personal de amor con Jesús, no por el
matrimonio. Sólo Dios puede hacerte plenamente feliz; sólo en Él puedes obtener
la realización. No hay hombre alguno sobre el planeta que pueda satisfacer
todas tus necesidades y expectativas. Debes resolver esos dilemas existenciales
antes de casarte porque si pretendes que otro lo haga, que otro supla tus
carencias más profundas te frustrarás, además de arruinarle la vida a alguien
más.
4.
NEGAR LEALTAD.
Los
hombres son muy sencillos y necesitan muy poco para ser felices. De hecho hay
tres cosas que todo hombre necesita de su compañera según Steve Harvey: apoyo,
lealtad e intimidad. Si eres mujer debes comprender que no existe mayor regalo
para un hombre que llegar a casa y encontrar a su esposa dispuesta a reconocer
el esfuerzo que hace: “Amor, ¿qué tal tu día? Gracias por darnos todo, esta
familia lo necesita y somos felices porque lo tenemos”.
El
matrimonio Cardoso dice: “Cuanto más especial haga sentir una mujer a su marido
más le dará a cambio. Le echará ganas. Sacará lo máximo de sí por el bienestar
de su familia. Un hombre precisa que su mujer le dé eso. Necesita oír que ella
le dice: “corazón, no sabes cómo te agradezco todo lo que haces por los niños y
por mí”. Ese apoyo garantiza más esfuerzo, más trabajo y mayor intimidad
emocional”.
5.
POSPONER INDEFINIDAMENTE LA INTIMIDAD.
El
sexo habla, y mucho. Comunica sentimientos y pensamientos que las palabras no
pueden expresar. Cuando no buscas sexualmente a tu cónyuge, esa actitud habla y
tu esposo puede interpretarla como jamás imaginaste. Por ejemplo, él puede
llegar a alguna de las siguientes conclusiones:
“No
soy suficiente para mi esposa; ¿por qué me rechaza?”
“¿Será
que tiene otra persona?”
”
Tal vez haya algo malo en mi apariencia…”
”
No me ama lo suficiente…”.
Los
hombres y las mujeres son muy diferentes a la hora del sexo. Cuando una mujer
escucha la palabra “intimidad” piensa principalmente en “conversación”; el
hombre, sin embargo, piensa en poner las manos en ciertos lugares. La mujer
puede excitarse por cosas que nunca excitarían a un hombre, porque ella asocia
todo con todo. Por lo tanto, no te espantes varón, si un día sacas la basura
fuera de casa sin que ella te lo haya pedido y cuando vuelvas te mira como si
quisiera ir a la cama en aquel momento. No intestes entenderlo, ¡simplemente
aprovecha!
Para
el hombre el sexo es algo muy simple. Para que él tenga deseo es suficiente con
que ella esté presente. “El hombre es como si tuviese un único botón para
encender y apagar. La mujer es como una cabina de un Jumbo 737, llena de
botones, y el hombre no sabe por dónde empezar. ¡Presionaste el botón
equivocado, apriétate el cinturón de seguridad y ponte la máscara de oxígeno!
En este punto corresponde una recomendación: para los mujeres el sexo empieza
del cuello hacia arriba; en cambio para los hombres, el sexo comienza de la
cintura para abajo” (Renato Cardoso).
Es
obvio, los hombres disfrutan del sexo y quieren más. “No hay nada en el planeta
como el sexo, no hay nada que nos guste tanto y de forma tan constante.
Quítanos la casa, el trabajo, el impala modelo 69, el último par de zapatos
pero, por favor, no nos niegues el sexo. Requerimos estar físicamente enlazados
con la mujer que amamos, con la que nos es leal y nos apoya. La mejor forma de
estar cerca es haciendo el amor. Las expresiones emocionales como los mimos, la
charla, tomarse las manos o acercarse, es asunto de ustedes (las mujeres). Pero
nosotros nos vinculamos por medio del sexo. Punto. Esa es la manera en la que
cargamos energía, reconectamos la comunicación y nos unimos. No conozco a un
hombre que no lo necesite, pregúntale a cualquier hombre si el sexo no es
importante en su relación, si responde “no”, miente. Yo no he conocido a ningún
hombre así. El día que lo conozca, lo llevo al Museo de Historia Natural,
porque así de raro y especial será. Pero, ¿el resto? Necesitamos sexo tanto
como el aire que respiramos” (Steve Harvey).
Declaramos
que la intimidad sexual de tu vida matrimonial crecerá y que juntos disfrutarán
de toda la alegría que el placer sexual proporciona a la vida.
Esperamos
que estos consejos agreguen valor a tu relación matrimonial. ¡Qué Dios bendiga
tu semana!
Recibe
una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye
Centro
Cristianos “Cristo es la Puerta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario