EL VERDADERO ÉXITO - SER CONFORMADOS A LA IMAGEN DE JESUCRISTO
Fuente:
Dr. Roberto Miranda
Congregación
León de Judá
Hijos
míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado
en ustedes. Gálatas 4:19
Dios
creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó. Génesis 1:27
La
Biblia nos informa que la grandeza y el éxito se han de encontrar dentro de
nosotros, y no tanto afuera, como el mundo nos enseña. La gente se esfuerza por
alcanzar el éxito, y lo busca en el dinero, la influencia o el prestigio
social. La Biblia, sin embargo, nos llama a poner la mira en otras cosas
-valores espirituales- el amor, la santidad, la justicia; “las cosas de
arriba”, en las palabras del apóstol Pablo.
El
trabajo más arduo para todo ser humano consiste en adoptar un plan a largo
plazo de perfeccionamiento radical. Cuando venimos a Cristo, llegamos con todo
tipo de deformaciones, ataduras y defectos que tenemos que poner inmediatamente
a sus pies, y someter a su obra transformadora. Después de la conversión, debe
comenzar el largo y arduo proceso de la santificación.
Nuestra
visión como hijos de Dios debe consistir en emprender un programa de vida que
involucre todo nuestro ser, y que tenga como meta nada menos que la
reconstrucción total de nuestra personalidad, hasta que esta quede conformada a
la imagen perfecta de Cristo. Todo rasgo que no glorifique a Dios - adicciones
de cualquier estirpe, rencor, sensualidad, fobias y temores, inseguridad,
orgullo, ambición, materialismo, complejos diversos - debe ser extirpado uno a
uno de nuestro ser. De esa vida transformada, esculpida golpe a golpe por el
cincel divino a lo largo de una carrera intencional y deliberada, emanarán los
nobles actos que el mundo podrá observar y celebrar, y que sólo entonces
traerán deleite al corazón de Dios, porque habrán nacido de un subsuelo
auténtico y verdaderamente moral.
Toda
la Escritura insiste sobre esta verdad esencial: al corazón de Dios sólo se
llega por medio del cultivo de un corazón generoso, una postura humilde, un
estilo de vida como el de Jesús. Por eso la agenda de nuestra vida deberá ser
el desarrollo de una personalidad balanceada y armoniosa, que refleje en todo lo
posible las especificaciones de la criatura original que Dios instaló en el
huerto del Edén antes de la caída. Para esto vino Cristo al mundo, para
restaurar la imagen divina que fue deformada en nosotros por el pecado en la
Caída.
Llegar
a ser más y más como Jesucristo, el Hombre perfecto; reflejar con mayor
fidelidad la armonía y balance de su personalidad. En esto consiste el
verdadero éxito. Ese es el fundamento de la verdadera grandeza personal.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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