MEJOR RESTAURAR QUE CONDENAR
Fuente:
Dr. Roberto Miranda
Congregación
León de Judá
Hermanos,
aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales,
restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado. Gálatas 6:1
Con
el benigno Te muestras benigno, Con el íntegro Te muestras íntegro. Salmos
18:25
Una
actitud de gracia y misericordia para con el caído debe ser parte esencial del
equipaje espiritual de todo creyente. Cuando un hermano cae, debemos
inmediatamente reflexionar sobre nuestra propia experiencia y condición, y
esforzarnos por ayudar a restaurarlo y dejarlo más fuerte y en mejor condición
espiritual que antes de caer.
Ese
es el entendimiento que está detrás de las palabras del apóstol Pablo en
Gálatas 6:1: 1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros
que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote
a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
En
este versículo, la palabra “restauradle” viene del verbo griego katartizo, el
cual entre otras cosas se refería a la reparación de redes o la restauración de
un hueso quebrado. La idea en ambos casos es reparar algo que está dañado y
dejarlo en perfecta condición, como si nada hubiera sucedido. Lo que Pablo está
diciendo es que en vez de condenar al creyente cuando cae o comete un error, lo
primero que debemos hacer es recordar deliberadamente nuestra propia condición
imperfecta, e inmediatamente tratar de ayudar al hermano caído a restaurarse y
seguir su jornada hacia la santidad con más fuerza y entusiasmo que antes de
caer. Ese proceso de restauración podrá en ocasiones involucrar algún tipo de
disciplina, pero siempre tendrá que infundir esperanza, y estar penetrado por
un profundo sentido de gracia y misericordia hacia el caído.
El
que ha recibido misericordia de parte de Dios, debe dar misericordia a los
demás.
Debemos siempre recordar cuán difícil ha sido para nosotros el camino
hacia la santidad, a fin de estar dispuestos a extenderle compasión y
asistencia al caído. Para el que reconoce su verdadera condición ante Dios,
siempre le resultará más fácil restaurar que condenar.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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