HABILIDAD
Fuente: Rebecca Contreras. Renuevo de Plenitud
Hace unos días estaba en
mi carro, haciendo diligencias del cotidiano vivir.
Con el tranque vehicular que se ve en muchas ciudades capitales, no
está de más el estrés y el poner en práctica la habilidad al volante para así
esquivar lo que podría ser un accidente. Fue eso precisamente lo que me
sucedió, tuve que esquivar a otro carro que se cruzó en mi vía y fue allí donde
realice la diferencia en mi reacción de hoy y mi reacción de hace diez años.
Wow, aún en mi manera de manejar veo la diferencia de mi reacción y habilidad.
Pero luego vino a mí la analogía de que es precisamente igual en nuestra vida
espiritual.
Cuando somos jóvenes espiritualmente, y estamos conociendo a Dios,
aprendiendo a vivir como cristianos, nuestra habilidad espiritual
está aún bastante limitada o nuestras reacciones aún son impulsivas e
inmaduras. Sin embargo, a medida que crecemos aprendemos a esquivar lo que
podría ser un accidente fatal, pensamos nuestras acciones, dependemos no de
nuestras propias habilidades sino en las de Dios a través de nosotros, nuestros
reflejos están fundamentados en lo que tenemos por dentro, en el lugar que Dios
tiene en nuestro ser, porque a la final, nuestras acciones son el reflejo de
nuestro interior.
Así que, a como nuestra habilidad para manejar un carro mejora de
acuerdo a los años de práctica, de esta misma manera deberíamos ver nuestra
habilidad espiritual, mientras más práctica tengamos, más impacto podremos
tener en los que nos rodean y en nosotros mismos. ¡Qué Dios sea glorificado con
nuestro diario andar!
Iniciativa y perseverancia hacen la diferencia. ¡No te rindas,
termina la carrera y clama tu premio!
Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.
Salmo 37:5
Salmo 37:5
He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he
mantenido en la fe.
2 Timoteo 4:7
2 Timoteo 4:7
Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y
reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria
en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.
2 Corintios 3:18
2 Corintios 3:18
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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