viernes, 11 de abril de 2014

ENCUBIERTO

ENCUBIERTO
Fuente: Ana María Frege Issa
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

El rey David es conocido por haber sido “un hombre conforme al corazón de Dios” y a muchos de nosotros nos gustaría ser hombres y mujeres con esa característica. Pero en ocasiones, cuando fallamos, nos desanimamos y creemos que Dios nos descartará, que ya no podremos agradarle e inclusive llegamos a creer que ya no nos ama.
Sin embargo, cuando revisamos la historia de David encontramos una parte oscura, había codiciado a la esposa de Urías el hitita,  tenido relaciones con ella y envió a matar a Urías cuando se enteró que Betsabé estaba embarazada. Después se casó con ella y nació su hijo y hasta aquí todo parece ir bien, pareciera que nadie se dio cuenta de lo que pasó.
Es inevitable, leyendo esta historia, preguntarnos ¿cómo puede encontrarse su nombre entre aquellos hombres de fe que se destacan como ejemplos en Hebreros 11?
Pero Dios no quedó indiferente, había estado observando todo lo que David había hecho y el dolor que estaba atravesando por el pecado encubierto. Por eso vemos que en 2 Samuel 12 Dios envía a Natán, el profeta a hablar con el rey y éste le cuenta una historia a David:
“Había dos hombres en cierta ciudad; uno era rico y el otro, pobre. El hombre rico poseía muchas ovejas, y ganado en cantidad. El pobre no tenía nada, sólo una pequeña oveja que había comprado. Él crió esa ovejita, la cual creció junto con sus hijos. La ovejita comía del mismo plato del dueño y bebía de su vaso, y él la acunaba como a una hija. Cierto día llegó una visita a la casa del hombre rico. Pero en lugar de matar un animal de su propio rebaño o de su propia manada, tomó la ovejita del hombre pobre, la mató y la preparó para su invitado”.
David se puso furioso con el relato y dijo que cualquiera que hiciera eso debía morir. Cuando el profeta le dijo que se trataba de su historia, el rey se arrepintió y confesó su pecado pero debía  enfrentar  la consecuencia de sus acciones. Sin embargo, Dios no lo quitó de la Biblia ni buscó otra persona para la línea genealógica de Jesús.
Dios es compasivo y  ve más allá de nuestros errores, mira nuestro corazón. Él no va a destruirnos por nuestros pecados, pero pondrá situaciones y personas que nos lleven a ver nuestro pecado y arrepentirnos. Él nos disciplina porque nos ama, el que fallemos no nos aleja de su amor.
Dios  sabe que somos humanos, que fallamos y muchas veces son los mismos errores una y otra vez; pero conociendo lo débiles que somos Él siempre está dispuesto a perdonarnos y limpiarnos de nuestros pecados.
“pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9
El pecado encubierto siempre traerá dolor, te debilitará, ensombrecerá tu espíritu. No demores más, confiesa tu pecado y sé libre de aquello que te atormenta. No dejes, como David, que tu silencio consuma tus huesos y tu fuerza se vaya debilitando.
Dios tiene un plan para ti y bendiciones para tu vida pero no podrá cumplir sus propósitos sino limpias primero esa herida infectada que tienes en el corazón.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”







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