lunes, 14 de abril de 2014

UNA JUSTICIA DIVINA

UNA JUSTICIA DIVINA
Fuente: Charles Spurgeon
Congregación León de Judá
Bienaventurado el varón a quien el Señor no imputará pecado. Romanos 4:8
No tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciéndole: 'Conoce al SEÑOR,' porque todos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande," declara el SEÑOR, "pues perdonaré su maldad, y no rec... Jeremías 31:34

Cuando conocemos al Señor, recibimos el perdón de los pecados. Lo conocemos como el Dios de Gracia, que pasa por alto nuestras transgresiones. ¡Qué feliz descubrimiento es este!
Pero cuán divinamente está expresada esta promesa: ¡el Señor promete que no se acordará más de nuestros pecados! ¿Puede Dios olvidar? Él dice que lo hará, y Él dice en serio lo que dice. Él considerará como si no hubiésemos pecado nunca. La grandiosa expiación quitó tan eficazmente todo pecado, que para la mente de Dios es como si no hubiera existido. El creyente es ahora tan acepto en Cristo Jesús como lo era Adán en su inocencia; sí, más aún, pues él lleva puesta una justicia divina, mientras que la de Adán era solamente humana.
El Gran Señor no se acordará de nuestros pecados como para castigarlos, o como para amarnos una pizca menos por causa de esos pecados. Igual que una deuda que, cuando es pagada, deja de ser deuda, así el Señor hace una completa cancelación de la iniquidad de Su pueblo.
Cuando nos estemos lamentando por nuestras transgresiones y deficiencias -y este es nuestro deber mientras vivamos- al mismo tiempo hemos de regocijarnos porque nunca serán mencionadas contra nosotros. Esto nos lleva a odiar el pecado. El perdón de Dios inmerecido nos conduce a vigilar para no ofenderle nunca más por medio de la desobediencia.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



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