domingo, 27 de abril de 2014

NUESTRA INTEGRIDAD PUEDE SER EL INSTRUMENTO DE DIOS PARA SALVAR A NUESTROS HIJOS

NUESTRA INTEGRIDAD PUEDE SER EL INSTRUMENTO DE DIOS PARA SALVAR A NUESTROS HIJOS
Fuente: Charles Spurgeon
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Roman.
Congregación León de Judá
Porque nuestra satisfacción es ésta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad que viene de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y especialmente hacia ustedes. 2 Corintios 1:12
El justo anda en su integridad; ¡Cuán dichosos son sus hijos después de él! Proverbios 20:7
La ansiedad por nuestra familia es natural, pero seríamos sabios si la convirtiéramos en preocupación por nuestro propio carácter. Si caminamos delante del Señor en integridad, haremos más para bendecir a nuestros descendientes, que si les heredáramos grandes propiedades. La vida santa de un padre es un rico legado para sus hijos.
El hombre recto deja a sus herederos su ejemplo, y esto en sí mismo es una mina de verdadera riqueza. ¡Cuántos hombres pueden atribuir su éxito en la vida al ejemplo de sus padres! Él también les deja su renombre. Los hombres tienen un mejor concepto de nosotros como hijos de un hombre que era confiable, o los sucesores de un comerciante de excelente reputación. ¡Oh, que todos los jóvenes estuviesen deseosos de salvaguardar el nombre de la familia!
Sobre todo, deja a sus hijos sus oraciones y la bendición de un Dios que oye las oraciones, y estas oraciones hacen que nuestros vástagos sean favorecidos entre los hijos de los hombres. Dios los salvará aun después que hayamos muerto. ¡Oh, que fueran salvados de inmediato!
Nuestra integridad puede ser el instrumento de Dios para salvar a nuestros hijos y a nuestras hijas. Si ven la verdad de nuestra religión demostrada por nuestras vidas, podría ser que creyeran en Jesús por sí mismos. ¡Señor, cumple esta palabra para mi familia!
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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