¿QUIÉN ENTRENA A QUIÉN?
Fuente: Tito Rodríguez
Director Instituto Argentino de Buceo
Director Instituto Argentino de Buceo
Renuevo de Plenitud.com
Cansado de limpiar cada día la pileta de los delfines, el entrenador
de un conocido acuario de los Estados Unidos decidió entrenar a los delfines
para que ellos mismos recogieran la basura que, después del show, volaba hasta
la pileta. Así que comenzó a recompensarlos con comida extra cada vez que le
traían un vaso de plástico o un papel que hubiera caído al agua.
En una oportunidad Daisy, una hembra adulta encontró un pedazo de
papel, lo llevó al fondo del acuario y le colocó una pequeña piedra encima para
evitar que flotara. Cada día cortaba varios trozos pequeños de papel y se los
llevaba al entrenador recibiendo alimento cada vez.
Recientemente en un acuario de Hawái los entrenadores se sintieron
intrigados al ver que cuando le formulaban a un delfín una pregunta cuya
respuesta podía ser afirmativa o negativa, por ejemplo: ¿Hay una pelota
flotando en algún lugar de la pileta?, los delfines contestaban sin mirar
alrededor. Un día uno de los entrenadores estaba utilizando lentes de sol y
descubrieron que cuando el que preguntaba era él, los delfines necesitaban
buscar la pelota para poder contestar. Análisis posteriores demostraron que lo
que sospecharon aquel día es real: Los delfines podían "leer" la
respuesta en los ojos de los entrenadores.
Los delfines en cautiverio aprendieron a entrenar a los hombres que
los encerraron para que los mantengan alimentados, les tiren balones para
jugar, festejen sus piruetas y sean amables con ellos. Obtuvieron todo lo que
se puede obtener estando en prisión.
Estos interesantes mamíferos ya eran animales inteligentes muchos
millones de años. Cada día se descubren cosas nuevas que un delfín puede hacer,
o viene haciendo sin que nos demos cuenta, desde hace mucho tiempo.
Todos los buzos coinciden en que cuando bucearon con delfines,
fueron ellos los que se sintieron observados. Mientras los buzos simplemente
pueden verlos, los delfines les están tomando algo parecido a una tomografía
computarizada. Ellos pueden ver la densidad de cada uno de nuestros tejidos.
Con su sofisticado eco localizador podrían detectar perfectamente una
contractura muscular o un tumor y diferenciar uno de otro. Ahora sabemos que
también pueden leer nuestra mirada. ¿Cuántas cosas más no sabemos?
Queremos tanto a los delfines que los encerramos en piletones y les
enseñamos a parecerse a nosotros mientras los hacemos jugar al football, a
imitarnos o a bailar nuestras canciones. Los queremos tanto que pagamos
costosas entradas para que nuestros hijos puedan verlos de cerca sin tener que
ir al mar. Nos engañamos a nosotros mismos pensando que de esta manera los
estamos educando. Creemos que es indispensable que vean un delfín para saber de
qué se trata. Al mismo tiempo que ignoramos lo mucho que nuestros hijos saben
de dinosaurios sin que nunca hayan visto alguno cara a cara.
Tal vez sean tan inteligentes como para perdonarnos algún día.
Por encima de todo comprendemos con todo esto que Dios es sabio y
grande. Y Dios ha hecho criaturas desde el hombre hasta el pez para demostrar
su sabiduría en ellos. Por eso, siempre comprendamos que Dios está por encima
de todo y que hoy lo mejor que podríamos hacer es darle gracias por su amor,
sabiduría y grandeza.
Dad gracias al SEÑOR, invocad su nombre; dad a conocer sus obras
entre los pueblos. I Crónicas 16:8
Y han de estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar
al SEÑOR, y asimismo por la noche. I Crónicas 23:20
Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza:
«Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre.» Y todo el pueblo
alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos
del templo. Esdras 3:11
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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