COMO EL CAMELLO
Fuente: Ana María Frege Issa
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Una
antigua leyenda árabe cuenta que un día un molinero fue
sorprendido por un camello que metió la cabeza por la puerta de la tienda en
la que estaba descansando y le dijo:
-
Afuera hace mucho frío, permíteme meter tan sólo las narices.
El
árabe le dio permiso de hacerlo así, no le había hallado problema ni lo
incomodaba que el animal metiera su nariz; sin embargo, pronto vio que el
camello completo se encontraba dentro, lo cual no era muy agradable para el
molinero, quien comenzó a reclamar, alegando que la tienda era muy
pequeña para los dos.
-
Si tú estás incómodo puedes salirte; yo, por mi parte, voy a quedarme donde
estoy- respondió el camello.
Lo
mismo sucede con el pecado. Se presenta tímidamente, pidiendo un pequeño espacio
y como lo vemos tan inofensivo le cedemos un lugarcito, pero después, cuando
nos percatamos, ha tomado el control de nuestras vidas.
Nadie
nació ni se hizo alcohólico o drogadicto de la noche a la mañana, una
infidelidad no surgió de la nada, la adicción a la pornografía o al juego no
aparecieron simplemente, sino que todos estos vicios y pecados tienen un
momento en el que se les dio espacio porque parecían inofensivos y se creía
tener el control de la situación.
No
se necesita de mucho y nadie está exento de pecar, por algo dicen las
escrituras, en 1 Corintios 10:12 (NTV), “Si ustedes piensan que están
firmes, tengan cuidado de no caer.”
Vidas,
familias, sueños, trabajo de años, salud y muchas otras cosas más se han visto
destruidas cuando se permitió que el pecado, al igual que el camello, meta la
nariz y poco a poco se adueñe de todo.
¡Pero
hay esperanza! Si reconocemos nuestra situación y corremos a los pies del Señor
para pedir su perdón y ayuda, admitiendo que solos no podemos desalojar al
camello que se instaló en nuestras vidas, Dios nos limpiará y fortalecerá para
que podamos vencer y salir adelante.
“pero
si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos
nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. 1Juan 1:9 (NTV)
No
te desanimes, no importa qué hiciste ni los motivos por los que acabaste
dándole espacio a ese huésped tan desagradable. Lo importante es que seas capaz
de reconocer tu situación y necesidad de Dios.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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