LA MUJER FUE DISEÑADA PARA RECIBIR AMOR
Extracto del libro
“Entendiendo el Propósito y el Poder de la Mujer”
Por Myles Munroe
Publicado por:
Edgardo Tosoni
Devocionaldiario.org
La razón más importante de que la mujer fue creada es
para que ella pudiera recibir amor. Por lo tanto, el primer propósito de la
mujer como reflectora es que ella fue hecha para ser objeto del amor del hombre
y para reflejar el amor que él le da.
Cuando Dios hizo a la mujer, Él la sacó del hombre,
para que el hombre pudiera tener a alguien a quien amar y quien fuera de su
propia naturaleza. Fue amor lo que hizo posible la existencia de la mujer. De
esta manera, el hombre fue creado para ser un dador de amor y la mujer fue
creada para ser una receptora de amor. En el último capítulo, vimos como la
naturaleza receptora de la mujer hace que ella se haga adaptable para el hombre
y para el medio ambiente que la rodea. Pero el primer propósito de la
naturaleza receptora de la mujer es recibir amor.
Lo que esto significa es que Dios ha diseñado a la
mujer para funcionar en amor. El amor es el combustible de la mujer. Cuando tú
no le das combustible a un automóvil, éste deja de funcionar. La misma cosa
sucede con una mujer. Si tú no le das el amor que ella debe recibir, ella, de
la misma manera, no puede funcionar completamente en la forma para lo que ella
fue creada. Para poder sentirse realizada y plena, la mujer necesita amor.
En Efesios 5, Pablo dijo, “Maridos, amad a vuestras
mujeres” (v. 25). El expresó este pensamiento tres veces: “Maridos, amad a
vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por
ella” (v. 25). “Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus
propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (v. 28). “En todo
caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la
mujer respete a su marido” (v. 33).
El hombre debería amar a la mujer, porque ella fue
sacada de él y es una parte de él. Si él no la ama, esto es el equivalente a
que el hombre se odiara a sí mismo (v. 29). Él se está tratando bien a él mismo
cuando él está tratando bien a su esposa. La función del hombre, entonces, es
amar a su esposa como a sí mismo, con todos los atributos del amor que se
encuentran en 1º Corintios 13:4-8. Cuando tú le das amor a la mujer, ella viene
a la vida. Pero cuando ella recibe cualquier otra cosa que no es amor genuino,
es como si hiciera un corto circuito. Cuando tú no amas a una mujer, tú estás
abusando de su misma naturaleza.
Es interesante notar que en ningún lado en la Biblia,
Dios le dice a la mujer que ame al hombre. A la mujer se le indica y se le
instruye a que se someta al hombre, que lo respete y que lo honre. Pero Dios le
ordena al hombre una y otra vez que ame a la mujer. ¿Por qué? Es porque la
Caída dañó el amor natural que Dios le había dado al hombre por la mujer, de
tal manera, que el hombre quiere gobernar a la mujer en lugar de amarla como a
sí mismo. Esta es la razón porque, a medida que el hombre es restaurado al
diseño original de Dios por medio de la redención en Cristo Jesús, él necesita
ser instruido para amar a la mujer. Por la misma razón, el respeto natural que
Dios le dio a la mujer para el hombre fue destruido, y, por eso, es que ella
necesita ser instruida para que ella pueda llegar a respetar al hombre.
Entonces, cuando los propósitos de Dios son restaurados, la paz se restablece
entre los hombres y las mujeres; sin embargo, cuando se permite que la
naturaleza caída tenga libertad y reine, ahí va a haber discordia.
Así que la mujer fue hecha primeramente para ser amada
por el hombre. Cuando Pablo dijo, “Maridos, amad a vuestras mujeres”, él estaba
diciendo, de hecho, “Marido, sobre todo, ama a tu esposa”. No te preocupes de
otras cosas antes de ésta, porque tú puedes encargarte de las otras cosas en
forma natural. Si tú la amas, tú vas a poder resolver muchos otros problemas
existentes y problemas potenciales en tu matrimonio. Cuando tú le das el amor
que ella necesita, ella va a funcionar adecuadamente, porque ella nació para
ser amada”.
La mujer va a reflejar el amor o la falta de amor que
recibe. Cuando ella es amada, ella es más capaz de vivir una vida de gozo y de
paz, aun en medio de circunstancias difíciles. Cuando ella no está siendo
amada, es como si existiera un peso en su corazón. Cualquier hombre que viola
la necesidad de la mujer de tener cariño, está mal usando y abusando del
propósito de Dios para la mujer. “Maridos, amad a vuestras mujeres y no seas ásperos
con ellas” (Colosenses 3:19).
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