jueves, 17 de julio de 2014

LA PRESENTACIÓN DEL EVANGELIO-3

LA PRESENTACIÓN DEL EVANGELIO-3
Extracto del libro “Creer También es Pensar”
Por John Stott
Publicado por: Edgardo Tosoni
devocionaldiario.org

 …CONTINUACIÓN

En tercer lugar, la predicación del evangelio con argumentación racional ¿no usurpa el trabajo de Espíritu Santo, haciendo que en la práctica lo desplacemos? Bien, es claro que sin el poder de Espírito Santo la evangelización es imposible. Sin embargo, es un gran error pensar que es una característica de la autoconfianza o de la falta de fe dar un contenido de doctrina a las buenas nuevas, y valerse de argumentos para demostrar la verdad y la relevancia del evangelio; y que basta tener más fe en el Espíritu Santo para que podamos omitir toda doctrina y argumentación. En verdad lo contrario de eso es lo correcto. Es una falsa antítesis la de contraponer al Espíritu Santo la presentación del evangelio que haga uso de la razón.

Lo que Pablo rechazaba, dijo él a los Corintios, fue la sabiduría del mundo (como materia de su mensaje) y la retórica de los griegos (como método de presentación). En vez de la sabiduría de este mundo, decidió predicar a Cristo crucificado; en el lugar de la retórica, optó por confiar en el poder de Espíritu Santo. Pero Pablo aún se valía de la doctrina y de la argumentación. Gresham Machen expresó admirablemente esta cuestión en su libro The Christian Faith in the Modern World (La Fe Cristiana en el Mundo Moderno): “El misterioso trabajo de Espíritu Santo tiene aún que acontecer en el nuevo nacimiento”, escribió. “De lo contrario, todos nuestros argumentos son completamente inútiles. Pero no podemos concluir que los argumentos sean innecesarios por el simple hecho de que sean insuficientes. Lo que el Espíritu Santo hace en el nuevo nacimiento no es transformar a la persona en un cristiano sin dar atención a la evidencia, por el contrario, disipa la niebla de sus ojos, de forma que pueda ver y responder a la evidencia.

Wolfhart Pannenberg, el joven profesor de Teología Sistemática de Múnich escribió algo similar en su libro “Basic Questions in Theology” (“Cuestiones Teológicas Fundamentales”): “Un mensaje no convincente, como alternativa, no es capaz de alcanzar el poder de convencer simplemente apelando al Espíritu Santo… La argumentación y la operación del Espíritu no son mutuamente exclusivas. Al confiar en el Espíritu, Pablo de forma alguna se dispensó de pensar y argumentar”. Así, pues, en nuestra proclamación del evangelio, tenemos que dirigir a la persona toda (mente, corazón y gana) con el evangelio todo (Cristo encarnado, crucificado, resucitado, soberano, su Segunda venida y mucho más aún). Deberemos argumentar con la mente y apelar fervorosamente a su corazón para que mueva su voluntad, estando nuestra confianza depositada en el Espíritu Santo del comienzo al fin. No nos es dada la libertad de presentar a Cristo parcialmente (como hombre pero no como Dios, su vida y no su muerte, su cruz pero no su resurrección, como Salvador pero no como Señor). Ni aún tenemos el derecho de pedir una respuesta parcial (de la mente pero no del corazón, del corazón pero no de la mente, o de la mente o del corazón pero no de la voluntad). No. Nuestro objetivo es ganar al hombre todo para Cristo, y para eso es necesario el completo consentimiento de su mente, corazón y voluntad.

Oro insistentemente que Dios levante hoy una nueva generación de apologistas cristianos, personas que comuniquen el mensaje cristiano, teniendo una absoluta fidelidad al evangelio bíblico, y una inquebrantable confianza en el poder del Espíritu, combinada con una comprensión profunda y sensible a las alternativas contemporáneas del evangelio; personas que se relacionen con vivacidad, ardor, autoridad y propiedad, personas que hagan uso de sus mentes para que ganen otras mentes para Cristo.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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