LA PRESENTACIÓN DEL EVANGELIO-2
Extracto del libro
“Creer También es Pensar”
Por John Stott
Publicado por:
Edgardo Tosoni
devocionaldiario.org
…CONTINUACIÓN
Casi todo el mundo ciertamente tendría que pasar por
allá, a la corta o a la larga, a causa de alguna compraventa, o para consultar
un médico, o un abogado o un político, o aún para visitar un pariente. Y,
evidentemente, uno de los atractivos de la ciudad era ir a oír el predicador
cristiano Pablo. Se podía ir a oírlo cualquier día. Mucha gente fue a verlo, y
fue persuadida de la verdad de su mensaje, volviendo nacidos de nuevo a sus
villas de origen. Así la palabra de Dios se esparció por toda la provincia.
La Segunda evidencia que el Nuevo Testamento nos da de
que la evangelización debe ser una proclamación de la buena nueva haciendo uso
del raciocinio es que la conversión, no pocas veces, es descrita en términos de
la respuesta de alguien no Cristo propiamente, pero a la verdad. Hacerse
cristiano es “creer en la verdad”, “obedecer a la verdad”, “reconocer la
verdad”. Pablo llega a referirse a sus lectores romanos diciendo “vinisteis a
obedecer de corazón a esta forma de doctrina a la que fuisteis entregados”. Es
evidente, por esas expresiones, que, los que predicaban a Cristo, los
evangelistas de la iglesia primitiva, enseñaban un cuerpo de doctrina acerca de
Cristo.
Hay, sin embargo, objeciones a mi tesis en cuanto al
evangelismo.
En primer lugar se puede preguntar, esa evangelización
racional que abogo ¿no estará al servicio del orgullo intelectual de las
personas? Ciertamente eso es posible. Tenemos que ser precavidos contra ese
peligro. Al mismo tiempo hay una diferencia substancial entre adular la vanidad
intelectual de alguien (lo que no debemos hacer) y respetar su integridad
intelectual (lo que tenemos que hacer).
En segundo lugar, esa presentación del evangelio con
persuasión intelectual ¿no hace discriminación, impidiendo que las personas de
bajo nivel cultural reciban el evangelio? No, no hace. O, por lo menos, no
debería hacerlo. Así como Pablo, somos comprometidos o somos “deudores”, tanto
a sabios como a ignorantes”. El evangelio es para todos, independientemente del
nivel de escolaridad. Y el tipo de evangelización que defiendo, que presenta
Jesús Cristo en su plenitud, es importante a toda clase de persona, sean niños
o adultos, cultas o incultas, indígenas de Amazonas o intelectuales de la
universidad. Es que la presentación por esta forma de evangelización no es una
presentación académica (calcada en términos filosóficos o en un vocabulario
complicado), pero sí racional.
Y las personas de bajo nivel cultural responden a la
razón de la misma forma que las doctas. Tal vez no hayan sido ejercidas a
pensar de una manera determinada, y es correcto que deberíamos observar la
diferencia que Marshall McLuhan y sus seguidores hacen, distinguiendo el pensamiento
lineal del no- lineal. De cualquier forma, aquellas personas aún piensan. Todos
ser humano piensa, pues Dios creó el hombre como un ser pensante. La enseñanza
del propio Jesús, aunque maravillosamente simple, ciertamente hizo que sus
oyentes pensaran. Él les presentó verdades importantes acerca de Dios y del
hombre, sobre sí mismo y el Reino, sobre esta vida y la próxima. Y a menudo
terminaba sus parábolas con una incómoda pregunta, forzando a sus oyentes a que
tomen una decisión con respecto al punto en discusión.
Nuestro deber entonces es evitar distorsionar o diluir
el evangelio, y, al mismo tiempo, presentarlo de forma bien clara, manejando
bien la palabra de la verdad de forma que las personas vengan a aceptarla, para
no acontecer conforme las palabras de Jesús: “a todos los que oyen la palabra
del Reino y no a comprenden, viene el maligno y arrebata lo que les fue
sembrado en el corazón”. Creo que a veces son nuestras explicaciones “por alto”
las que dan al diablo precisamente esta oportunidad, que nunca se le debería
dar.
CONTINUARA…
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Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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