DESCANSA
Fuente: Ana María frege Issa
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
El
doctor Dubois cuenta que a un prisionero condenado a muerte se le vendaron los
ojos y se le dijo que le iban a cortar la arteria del brazo y que un
grupo de médicos estaría observando cuánto tiempo tardaría en morir.
En
seguida, se le pasó una navaja por la piel sin hacerle ningún corte y se dejó
correr agua a través de un tubo, la cual iba cayendo en una vasija puesta
debajo del brazo.
Los
doctores entre tanto comentaban sobre la debilidad del pulso y el supuesto
estado del prisionero a medida que se desangraba.
El
preso creyó tan confiadamente en todo lo que los doctores aseguraban, que su
sistema nervioso se vio afectado de tal manera que su corazón acabó
paralizándose y pensando que se estaba desangrando murió realmente de ansiedad
y miedo.
Todos
hemos pasado por momentos de ansiedad, presión, estrés, frustración, tensión y
hemos sentido que todo el peso que cargábamos nos estaba destruyendo.
El
estrés es simplemente una respuesta fisiológica del organismo como defensa a
una situación que se interpreta como amenazante. De alguna forma, es algo
necesario para la supervivencia. Sin embargo, cuando se sobrecarga empiezan a
aparecer las enfermedades, los problemas de memoria, las alteraciones de ánimo,
cansancio excesivo, depresión y otros síntomas más.
En
ocasiones es muy difícil no sentirse ansioso pero cuando las circunstancias
desbordan nuestra capacidad y nuestras fuerzas lo mejor es descansar.
“Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Filipenses 4:6
Cuando
nuestras fuerzas parecen terminar y nos sentimos atrapados, lo mejor es
depositar nuestras cargas en Dios y descansar. ¿Quién mejor que Él para
encargarse del problema?
No
importa la situación por la que estés pasando, puede tratarse de problemas
familiares, económicos, de salud o quizás una combinación de ellos; lo
importante es que no los escuches, no permitas que destruyan tu vida como
sucedió con el prisionero, quien por estar escuchando lo que decían los médicos
murió cuando realmente no había un verdadero motivo.
Recuerda
siempre que Dios tiene un plan para ti y que Él siempre será tu ayudador, tu
proveedor, el que renueva tus fuerzas.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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