¿POR QUÉ A MÍ?
Fuente: Norma
Peraza
Este artículo fue
producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
De las preguntas más comunes que se hace un individuo
cuando se enfrenta a una tribulación en su vida, es ¿Por qué a mí? o el
sentimiento de no es justo, principalmente cuando son ocasionados por
circunstancias que están fuera de su control. Como cuando llega a su final la
vida de un buen esposo dejando esposa e hijos pequeños. Cuando a unos padres se
les informa del diagnóstico de cáncer de su hijo, del nacimiento de un bebé con
capacidades diferentes, los accidentes trágicos; o bien, otro tipo de
dificultades como la pérdida o falta de un buen trabajo, las bajas en el
negocio, la traición de un amigo, un cónyuge, por mencionar alguna casos.
La realidad es que mientras estemos en este mundo
imperfecto, nadie se escapa de las tormentas de la vida. Así lo vivieron los
grandes hombres y mujeres de la Biblia. Aun cuando lo leamos como historia, es
una verdad que lo sufrieron y bastante, como Ana y Sara que padecieron varios
años de esterilidad; o Job, un hombre bueno y leal a Dios que lo perdió todo,
hijos, esposa, salud y riquezas, pero al final venció gracias a su fe y actitud
humilde.
Así que si sientes que la vida te quitó algo o alguien,
siempre puedes salir adelante con lo que te dejó. Recuerda “si la vida te da
limones, haz limonada”. No puedes hacer nada para cambiar lo sucedido, pero si
tu actitud ante lo que harás de hoy en adelante, confía porque Dios es experto
en cambiar problemas por bendiciones, siempre y cuando hagas estas 2 cosas:
1) ACEPTACIÓN
Cuando recién se está pasando por la tribulación, es
válido pasar por la fase de duelo, donde se está sufriendo, llorando,
desahogando el alma de la tristeza, el enojo, frustración, mismas que con toda
confianza puedas externar a Dios, que mejor El Señor que te conoce y está cerca
de ti, para desahogar tu pena.
Esto no significa que estés destinada a sentirte
siempre víctima y deprimida por las circunstancias, para nada. En Filipenses
4:7 nos enseña que la Paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guarda
nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús.
Esa es la bendición de Dios, que aún en la inseguridad,
puedes llegar a sentirte segura y protegida por El. Por eso es que “sobrepasa
todo entendimiento”. Así que después de sufrir y asimilar la tribulación no
dejes que tus sentimientos tristes gobierne tu vida. Ten la disposición de
aceptar que nada de lo sucedido puede cambiar, y que tu actitud sea movida por
el intelecto y la voluntad de seguir adelante.
En su momento cuando el Señor regrese, ha prometido
dejar claro todas las dudas y poner fin a las injusticias.
2) ANIMAR A OTROS
En mi cumpleaños pasado, mi esposo me obsequió un auto,
desde entonces cuando voy en el tráfico veo autos similares al mío, mismo
modelo y color.
Antes, ni los identificaba, pero desde que lo manejo me
di cuenta que hay muchos como el mío. Así sucede con los problemas, hasta que
los vives, te das cuenta que alguien más lo ha experimentado o está en el
proceso.
Por más difícil que sea tu situación, en el mundo hay
más personas padeciéndolo, y si estás dispuesta, puedes alimentar la fe de
otros con tu propio testimonio.
Muchas de las instituciones de beneficencia como casas
hogar para niños, apoyo a mujeres maltratadas, centros de ayuda de niños a con
cáncer; así como libros, conferencistas motivacionales, etc., hoy existen gracias
a personas que decidieron superar toda esa negatividad y adversidades en su
vida, para ayudar a casos similares al suyo.
Ánimo, tu experiencia de vida puede ayudar alentar a
otros a seguir adelante.
“Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así
cumplirán la Ley de Cristo”.
Gálatas 6:2
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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