LA MUJER COMO DADORA DE VIDA-1
Extracto del libro
“Entendiendo el Propósito y el Poder de la Mujer”
Por Myles Munroe
Publicado por:
Edgardo Tosoni
Devocionaldiario.org
Se ha dicho que la presión aplicada en el cuerpo de una
mujer durante el parto podría matar a un hombre. Aparentemente, la presión es
tan pesada que el cuerpo de un hombre no podría soportarla. Este fenómeno nos
deja ver un nuevo significado en el versículo, “Te alabaré, porque asombrosa y
maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe
muy bien” (Salmo 139:14). Cuando Dios creó a la mujer para que fuera capaz de
tener un bebé hasta su término, y de parir a ese bebé, Él le dio capacidades
extraordinarias. Él, la hizo de tal manera que ella pudiera ser aquello para lo
cual había sido diseñada. La mujer fue diseñada para ser capaz de
gestar—concebir, llevar un bebé hasta su término, y traer esta nueva vida al
mundo. Ahora, como veremos, el diseño de Dios para la mujer como dadora de
vida, va más allá de sus habilidades físicas. Impregna toda su formación como
mujer. Por lo tanto, el tercer aspecto de la función de dominio de la mujer, es
que ella fue hecha para concebir, desarrollar, y dar nueva vida o “incubar” lo
que ella recibe dentro de ella misma.
EL NOMBRAMIENTO DE LA MUJER.
Después de la Caída, pero antes que el hombre y la
mujer fueran sacados del Jardín del Edén, el hombre le dio a la mujer un
nombre. “Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la
madre de todos los vivientes” (Génesis 3:20). El nombre Eva en el hebreo es
Chavvah, y significa “dadora de vida”. Es significante que Dios no hizo que el
hombre y la mujer salieran del Jardín del Edén antes de que Eva fuera llamada
así. Como lo mencionamos anteriormente, su habilidad para parir hijos, su
función de dadora de vida, fue parte del diseño original de Dios y no un
resultado o consecuencia de la Caída en ninguna manera.
La mujer es esencialmente dadora de vida. A ella le fue
dada la habilidad de recibir la semilla del hombre y de reproducir su misma
especie. Esta es una capacidad asombrosa. Dios le dio a la mujer una
responsabilidad poderosa en el mundo.
LA MUJER ENFOCA TODA SU SER EN CREAR VIDA.
Durante su embarazo físico, el cuerpo de la mujer sufre
una completa transformación: el tejido de su vientre se hace más grueso para
poder crear un medio ambiente a fin de que la nueva vida se pueda desarrollar
mientras que está guardada, protegida, segura, y caliente; sus niveles de
hormonas cambian para prevenir un posible aborto; la química de su cerebro se
altera; sus nutrientes son dirigidos para que vayan primero a su bebé que
todavía no ha nacido y en segundo lugar hacia ella; su centro de gravedad cambia
para que ella pueda mantener el equilibrio durante el tiempo que comparte su
cuerpo con el bebé que todavía no ha nacido, y de esta misma manera, ocurren
muchos otros cambios. El embarazo es un proceso asombroso que cambia el
objetivo y el esfuerzo de todo el cuerpo de la mujer para enfocarlo en la tarea
de desarrollar la nueva vida dentro de su vientre.
LA MUJER ES UNA “INCUBADORA” POR NATURALEZA.
Pero la función de dominio de la mujer como dadora de
vida no está limitada a llevar o a parir un ser humano. Podríamos llamarla una
“incubadora”, porque su naturaleza misma refleja su inclinación a desarrollar y
a dar nueva vida a las cosas. Este propósito de la mujer no es sorprendente,
porque a menudo es una reflexión de lo espiritual en el mundo físico, tal y como
Pablo nos dijo en Romanos 1.
Desde que Dios creó la habilidad gestativa de la mujer
como una parte integral de su naturaleza, esta habilidad impregna todas las
áreas de su vida. Ella tiene un vientre físico, pero también tiene “vientre”
emocional, un “vientre” mental y de instinto y un “vientre” espiritual. Ella da
vida en todas estas áreas de su formación. Todo acerca de ella es un vientre.
Ella recibe cosas dentro de ella misma, las nutre hasta que maduran, y
entonces, las regresa en una forma completamente desarrollada. Por ejemplo, un
esperma no sirve para nada si no cuenta con el huevo. Un huevo, al unirse con
un esperma, es lo que genera la vida humana, y las células resultantes del
embrión comienzan a multiplicarse cuando están en el medio ambiente nutricional
del vientre. Lo que comenzó como un esperma y un huevo, termina como un bebé
humano completamente formado. El feto se ha desarrollado de tal manera que
ahora tiene vida en sí mismo. De forma similar, la mujer toma de la gente y del
medio ambiente que la rodea—especialmente su esposo, si ella es casada—y crea
algo completamente nuevo con aquello que tomó. Muchas mujeres ni siquiera saben
que han sido bendecidas con este propósito asombroso.
CONTINÚA…
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