¿PREOCUPADO?
Fuente: Ana María Frege Issa
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Cuentan
que el secretario de Oliver Cromwell fue enviado a Europa con una misión
diplomática importante. Una noche, en la que descansaba en un puerto, daba
vueltas sobre su cama sin poder dormir.
Según
la costumbre de aquellos tiempos, él viajaba siempre con un sirviente, el cual
dormía en su cuarto plácidamente. El secretario, finalmente fue a despertarlo.
El hombre, sorprendido, le preguntó a su señor cuál era la causa de su
inquietud.
-
Tengo mucho temor de que fracase nuestra misión- fue la respuesta.
-
Señor – dijo el ayudante – ¿me permite hacerle un par de preguntas?
-
Puedes hacerlo.
-
¿Dios gobernaba el mundo antes de que nosotros naciéramos?
-
Seguramente que sí.
-
¿Y continuará gobernándolo cuando nosotros hayamos muerto?
-
Por supuesto que lo hará.
-
Entonces, señor, ¿por qué no le dejamos gobernar el presente también?
La
fe del secretario fue estimulada por estas sencillas preguntas, produciendo
confianza y paz en su corazón, lo que les permitió reconciliar el sueño
rápidamente.
Suele
pasar que muchos de nosotros nos admiramos con los diferentes relatos que vemos
en la Biblia, cuando Dios hace lo imposible, lo inimaginable: le dio un hijo a
Abraham cuando era humanamente imposible por su edad, dividió el Mar Rojo,
detuvo el sol, alimentó a su profeta a través de cuervos y hay muchos milagros
más. Y si empezamos con el Nuevo Testamento vemos a Jesús sanando enfermos,
resucitando muertos, liberando endemoniados, mostrando misericordia y
perdonando a todo pecador arrepentido. Cuando leemos todas estas historias
nuestro corazón se regocija sabiendo que tenemos un Dios poderoso.
El
problema surge cuando dejamos a Dios en esos relatos bíblicos y no creemos
que pueda obrar en nuestras circunstancias, queremos hacernos cargo
personalmente de nuestros problemas. Entonces, empezamos a sentirnos
atribulados, agotados, nuestra fe flaquea, y finalmente sentimos que
nuestras oraciones no son respondidas.
Dios
no es un personaje inventado por un novelista. Dios es Dios y no cambia; su
poder, su misericordia, su amor y sus promesas se mantienen y son
favorables a aquellos que lo aman y lo buscan. Lo único que Él demanda de
nosotros es fe y no nos pide mucho,
Es
tan poco lo que pide que lo ejemplifica comparándola con una semilla de
mostaza, ¿Sabes cuánto mide una semilla de mostaza?
“Entonces
el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este
sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería”. Lucas 17:6
Dios
estuvo en tu pasado (aún antes de que nacieras), está en tu presente y estará
en tu futuro, es más Él ya lo conoce, ya estuvo allá. Entonces, ¿por qué temer?
Si
necesitas un milagro solamente cree, no dudes del poder de Dios porque Él sigue
respondiendo nuestras oraciones y haciendo cosas maravillosas a nuestro favor.
“A
eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oído
ha escuchado, ninguna mente ha imaginado, lo que Dios tiene
preparado para quienes lo aman»”. 1 Corintios 2:9 (NTV)
Dale
a Dios tus cargas y preocupaciones, permite que gobierne tu presente,
cree con todo tu corazón que sus planes son de bien para tu vida y verás
suceder milagros.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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