EL CIELO
Fuente: Renuevo de Plenitud.com
Un Hombre, su caballo y su perro
iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme
cayó un rayo y los tres murieron fulminados.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales
La carretera era muy larga y colina arriba el sol era muy intenso; ellos estaban sudados y sedientos.
En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales
La carretera era muy larga y colina arriba el sol era muy intenso; ellos estaban sudados y sedientos.
En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la
entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
Buenos días.
Buenos días – Respondió el guardián
¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
Esto es el cielo.
¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque
estamos sedientos!
Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.
Y el guardián señaló la fuente.
Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no
se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que
tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y
siguió adelante.
Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya
exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una
puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles…
A la sombra de uno de los árboles había un hombre
echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
Buenos días – dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo
Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el
hombre, indicando el lugar.
Podéis beber toda el agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente
y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar gracias al
hombre
Podéis volver siempre que queráis -Le respondió
éste…
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo
es la Puerta”
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