sábado, 16 de noviembre de 2013

NO PUEDO PERDONAR A MI PAREJA.

NO PUEDO PERDONAR A MI PAREJA.
Fuente: Luis y Hannia Fernández
Renuevo de Plenitud.com

Hay cosas muy difíciles de perdonar en las relaciones humanas. ¿Qué podemos hacer?
Las heridas emocionales provocadas por acciones como faltas de respeto graves, juicios injustos, violencia verbal o física, maltrato, traición, engaños y cosas por el estilo, son frecuentes en muchos matrimonios y son a la vez muy difíciles de perdonar.
Los agresores frecuentemente no miden la intensidad de sus agresiones y las pueden ver como algo común o que no es en realidad tan grave. Esa inconsciencia genera aún más resentimiento en la víctima.
La verdad es que la gran mayoría de matrimonios sin distingo del nivel espiritual somos susceptibles a conflictos y heridas emocionales que afectan sus relaciones. 

Una persona víctima de violencia doméstica agresiva, debe buscar ayuda de inmediato con un familiar o una amistad cercana y llamar a las autoridades respectivas.
No debe permitir que pase más de una vez, porque si lo hace, el agresor interpreta que usted nunca le acusará y se sentirá alentado a continuar el abuso.

Si usted ha sido víctima de heridas no violentas, pero muy dolorosas emocionalmente, debe aprender a perdonar y liberarse de los pensamientos negativos que pueden provocar los rencores no resueltos.
Aunque puede ser muy difícil hacerlo, debe haber una actitud de perdonar y bendecir a su cónyuge.
I Pedro 3:9 dice:” No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición”.

 Puede que tú me digas: ¡Pastor, pero yo ya le perdoné; lo que pasa es que no quiero ni verlo(a) más! Tienes que tomar la decisión de renunciar a tu actitud pecaminosa.
Qué tal que Dios te dijera a ti: ¡ok, te perdono tus pecados, pero no quiero que te vuelvas a acercar a mí! ¿Cómo te sentirías? ¡Nosotros no hicimos nada para merecernos el perdón de Dios, pero algunos si exigen que su pareja se gane su perdón de él o ella!

 Dios no nos pone condiciones para darnos su perdón, ni nos exige una garantía de que no volveremos a pecar en el futuro.
En cambio nos dice que: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9

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Si tu pareja se arrepiente y te pide perdón, debes recordar el amor y la misericordia de Dios de perdonarte a ti, y tratar a tu pareja de la misma manera:
“Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Efesios 4:32. 

Usted probablemente han sido una veces ofensor(a) y otras veces víctima. La mayoría piensa siempre que han sido más veces víctima que ofensores. Pero a pesar de que es una percepción muy subjetiva, la realidad es que no importa cuántas veces ha sido ofensor o víctima, lo importante es reconocer que también hemos ofendido y lastimado a nuestro cónyuge y necesitamos pedir perdón y perdonar con humildad y mansedumbre.
Si las ofensas han sido muy graves, frecuentemente es necesario un perdón por etapas. La primera etapa consiste en mantener una actitud de amor y misericordia hacia su cónyuge. Esta actitud abre la posibilidad del perdón total y además evita que la amargura y el resentimiento consuman su vida.
La segunda etapa puede ser una actitud de actos de bondad hacia tu cónyuge, los cuales el Señor usará para ablandar el corazón de tu pareja y ayudarle a reconocer sus errores.
La tercera etapa podría ser una confrontación amorosa con su pareja para dejarle saber exactamente donde está su dolor emocional; como se sintió por lo que pasó. Y estar dispuesto(a) a escuchar también los sentimientos de tu pareja.

La última etapa es una etapa de restitución en la que el ofensor(a) decide restituir a su pareja con acciones que le demuestren a su pareja su arrepentimiento y su deseo de mejorar.
Tu Matrimonio y tu Familia es elTesoro más valioso que Dios te ha dado
¡Cuídalo!

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



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