ORAR
EN AFINIDAD CON LA PALABRA
Fuente: Dr.
Roberto Miranda
Congregación León de Judá
Ella respondió: "Sí,
Señor; pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de
sus amos." Mateo 15:27
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Acuérdate ahora de la palabra
que ordenaste a Tu siervo Moisés: 'Si ustedes son infieles, Yo los dispersaré
entre los pueblos; pero si se vuelven a Mí y guardan Mis mandamientos y los
cumplen, aunque sus desterrados estén en los confines de los ... Nehemías
1:8
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Una de las cosas que tenemos que
hacer cuando estamos incubando y cultivando un milagro por medio de la oración
es orar arraigados en la palabra específica de Dios, y asegurarnos que lo que
estamos pidiendo encaja y fluye en afinidad con las declaraciones de las
Escrituras y los hechos previos de Dios.
Esto es importante. Cuando
nosotros fundamentamos nuestras peticiones en la Palabra y en las promesas de
Dios, estamos en realidad apelando en una manera formal y judicial ante Su
trono. Somos como abogados viniendo ante un juez y diciéndole, “Señor juez, la
ley dice tal y tal cosa, y yo baso mi apelación en ese principio legal
establecido”. ¡Y Dios se sujeta a su ley! Él se sujeta a sus principios. Por la
tanto, cuando nosotros conocemos la Palabra de Dios, y conocemos los principios
de la vida espiritual, podemos venir ante el Padre con mayor autoridad y
confianza.
Por eso es importante conocer y
estudiar la Biblia, la Palabra declarada de Dios. Si usted estudia
detenidamente esta oración, verá cuántas veces Josafat le recuerda a Dios Su
Palabra, Sus promesas, Sus hechos poderosos a través de la historia de Israel.
Está empleando lo que en el mundo judicial se conoce como el principio del
precedente. Según este principio legal, los actos y decisiones formales
anteriores de un gobierno o un sistema judicial establecen una base
inconmovible para actos futuros en situaciones similares. Se presupone que un
gobierno siempre actuará consistentemente. Y Dios, bien sabemos, es el Ser más
consistente y fiel de todo el Universo.
Apelar a los hechos poderosos de
Dios tiene la virtud final de fortalecer nuestra fe. Cada vez que nosotros
declaramos, “Señor, tú hiciste esto en tu Palabra. Padre, Tú posees tal
atributo”, ¿qué está pasando? ¡Nuestra fe se fortalece!
Qué importante es que cuando estemos orando, y el enemigo esté casi
encima de nosotros, soplando su aliento maligno sobre nuestras espaldas, le
recordemos al Señor, “Padre, mira la terrible situación en que me encuentro. Tú
me has librado antes de situaciones verdaderamente imposibles, y yo creo que
puedes hacer exactamente lo mismo de nuevo. Tú eres el mismo ayer, hoy y por
los siglos, y tu poder no conoce límites”.
Ese tipo de declaración audaz inevitablemente hará que nuestra fe
aumente, y que ese gigante que estamos confrontando se desplome ante el poder
de nuestra confesión positiva.
Recibe una
Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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