UN MILLÓN DE SAPOS
Fuente: Renuevo de
Plenitu.com
Muchos se angustian
por problemas que, en su mayoría, nunca llegan a hacerse realidad. Sufren con
anticipación, pensando e imaginando cosas que pudieran suceder. La mayoría de
nuestras preocupaciones se deben a la falta de confianza en Dios.
Un hacendado fue a
la ciudad y le preguntó al dueño de un restaurante si podía utilizar un millón
de piernas de sapos. El dueño del restaurante quedó asustado y quiso saber
dónde pretendía el hacendado conseguir tantas piernas de sapos. El hacendado le
respondió: Cerca de mi casa hay un pequeño lago que está invadido e infestado
de esos bichos. Son millares y hacen un barullo infernal, croando toda la
noche. ¡Me estoy volviendo loco!
Quedó decidido,
entonces, que el hombre le traería quinientos sapos por semana, durante algún
tiempo. En la primera semana, el hacendado volvió al restaurante un poco
avergonzado, pues traía en sus manos dos sapos. El comerciante le preguntó:
¿Dónde está mi pedido?
El hombre
respondió: Yo estaba totalmente engañado. ¡Había solo estos dos pequeños sapos
en el lago! Ellos solos son los que hacían todo el barullo.
La próxima vez que
alguien te critique o se ría de ti, acuérdate de que no son miles de sapos los
que hacen todo el barullo, sino apenas dos sapitos. Mientras dos critican y
ríen, cientos te apoyan y animan.
Acuérdate de que
las angustias y los problemas parecen mayores en la oscuridad. Hay una
posibilidad muy grande de que, cuando llegue mañana y lo pienses mejor, el
problema habrá disminuido su importancia o habrá desaparecido, quedando en su
lugar un asunto de fácil solución.
Lo mejor es dejar
las preocupaciones en las manos de Dios. Ten hoy un día feliz, sabiendo que
Dios está en el control de tu vida.
Pero yo le cantaré
a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor: porque tú eres mi protector.
Salmo 59:16
Salmo 59:16
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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