MI
DIOS ES BONDAD
Fuente: Faustino
de Jesús Zamora Vargas
Congregación León de Judá
Ustedes como escogidos de Dios,
santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad,
mansedumbre y paciencia. 2Colosenses
3:12
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El que rescata de la fosa tu
vida, El que te corona de bondad y compasión. Salmos
103:4
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Aunque parezca un tema cuyo
contenido es obvio para la mayoría de los cristianos, es necesario que no
dejemos de proclamar que nuestro Dios es bondad. En Cuba – como seguramente en
otros países -, donde la idolatría sube “hasta el cuello” y mil un dioses
pugnan por la supremacía de la religiosidad que representan, pregonar que el
Dios revelado en las Sagradas Escrituras es bondadoso, resulta muy importante.
¿Puede haber un dios que no lo
sea? Pues sí, claro que los hay. Por estas tierras circulan “dioses” coléricos,
vengativos, rencorosos, recelosos. Junto con la adoración, algunos “piden”
dinero, otros, comidas de sacrificios especiales y casi todos se deleitan en
las danzas orgiásticas y lascivas que consagran sus fieles. Son dioses diseñados
para el trueque y el negocio. Si el dios en cuestión “concede” alguna petición,
se le da adoración y todo lo que el jefe oficiante sugiere que le puede
agradar; si no da respuesta a las súplicas de sus fieles, estos suelen pelearse
con sus dioses por un tiempo indefinido o, en el peor de los casos, se
consagran en duplicar o triplicar las ofrendas de todo tipo hasta que se
contesten las peticiones.
¡Qué diferente es el Dios de la
Biblia! El Dios que envió lluvia a su pueblo después de una oración sentida de
su profeta Elías tras 3 años de sequía. El Dios que confortó y amó a David
después de arrepentirse de sus pecados, el Dios encarnado que aun sabiendo que
Pedro le negaría tres veces no le negó su amor, el Cristo que borra el pecado
para siempre cuando el hombre se vuelve a Él, ¡Eso es bondad! Hasta en los
actos de disciplina divina y reprensión paternal, el Señor muestra su bondad.
¿Cuánta bondad derramó el Señor en Su creación para su gloria?
La manifestación gloriosa de la
bondad de Dios hacia el hombre es Jesucristo. En Él, Dios nos ha dado salvación
sin merecerlo. Mi Dios es bueno, soberanamente bueno. “…éramos por naturaleza
objeto de la ira de Dios. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran
amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en
pecados.”(Ef. 2.3-5). ¡Aleluya!
¿Puede darse un mayor gesto de
bondad para el Señor que promete mostrarnos las sobreabundantes riquezas de su
gracia en Cristo Jesús en los siglos que están por venir? (Ef. 2.7).
Como Cristo es bondad, el
cristiano debe revestirse de bondad, manifestar su amor y benignidad. David
alababa al Señor cantando “…Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu
diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido. (Sal 18.35). ¡No hay
Dios como nuestro Dios!
Lectura sugerida: Salmo 146
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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