FUISTEIS LAVADOS,… FUISTEIS SANTIFICADOS,… FUISTEIS
JUSTIFICADOS.
Fuente:
Mensajes Cristianos net
La
sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.
El
castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados.
Cristo
amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola
purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a
sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuera santa e inmaculada.
Y a
ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque
las acciones justas de los santos son el lino fino.
Acerquémonos
con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón
purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
¡Cuán
bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el SEÑOR no culpa de iniquidad,
y en cuyo espíritu no hay engaño!
I Co. 6:11, I Jn. 1:7, Is. 53:5, Ef.
5:25-27, Ap. 19:8, Heb. 10:22, Ro. 8:33, Sal. 32:1, 2
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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