jueves, 3 de abril de 2014

UNO EN CRISTO

UNO EN CRISTO
Fuente: Milagros García Klibansky
Congregación León de Judá
No juzguen por la apariencia, sino juzguen con juicio justo.
Así ha dicho el SEÑOR de los ejércitos: Juicio verdadero juzguen, y misericordia y compasión practiquen cada uno con su hermano. Zacarías 7:9

La iglesia es como un ser, un ser en el cual palpita el corazón apasionado de Jesús, pero como todo ser está formado de muchas células, muy complejas, mucho más que las de un organismo común.
La iglesia es el ser más complejo creado por Dios, donde cada miembro siente de forma diferente cada emoción, cada ladrillo es diferente, pero todos forman la estructura. Si nos detenemos a mirar los ladrillos que conforman una pared nos daremos cuenta de que todos son diferentes de alguna manera, aunque todos tengan el mismo propósito.
La iglesia de Cristo está edificada por miles de ladrillos diferentes, lo que sí debe ser común a todos es que sepan cuál es su propósito y para qué fueron puestos en la pared, esto sólo podremos entenderlo cuando tenemos una conexión íntima con el arquitecto que es nuestro Dios.
Muchas veces hemos visto, con dolor, cómo hermanos valiosos con dones excelentes se quedan sentados durante años en los bancos, simplemente por el hecho de que no cumplen los patrones humanos de perfección. ¿Hasta cuándo vamos a valorar a los demás conforme a nuestros preceptos humanos?, si Dios, que es omnipotente, nos ama a todos de igual manera y nos acepta como lleguemos a Él.
¿Quién nos dijo que todos teníamos que ser iguales?
Los seres humanos tenemos diferentes temperamentos, unos melancólicos, otros coléricos, algunos sanguíneos y hasta flemáticos. Pero Dios nos usa a todos por igual para su Gloria
¿Qué sería de la obra de Dios sin esos hermanos melancólicos que escriben inspirados por lo que Dios les habla en sus tiempos de meditación?
¿Cómo podríamos sentirnos estimulados sin nuestros sanguíneos hermanos que siempre se mantienen activos y nos exhortan sin conocer el agotamiento?
¡Ah!, los coléricos que nos sacan del paso porque, aun quizá de manera no muy adecuada, nos dicen lo que piensan y vuelcan las mesas de los cambistas de hoy porque no son capaces de soportar ver cómo se mancilla el nombre de su Dios.
Y qué decir de los flemáticos, cuanta paz traen a nuestro corazón en tiempos de prueba, nada les inmuta, nada les mueve su piso, porque su fe es tan grande que saben que sus pies descansan en la Roca.
No sabes la historia que se esconde detrás de cada uno, no sabes cómo tuvieron que fabricarse una vida para sobrevivir, algunos vagaron durante mucho tiempo sin Cristo, pero hoy van de su mano ¡Por qué queremos que cambien! ¿Qué sería del mundo sin ellos? ¿O es que no fueron creados por la misma mano con propósito?
Nunca van a ser iguales, nunca van a cambiar de raíz, pero el amor que los une es infinito, fuerte, constante. Siempre que venga a tu mente la crítica a algún hermano, revisa la palabra de Dios y ve si es tan condenable su forma de ser o haz lo que dijo el Señor: “¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano” Mateo 7.5
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”



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