LA
MATEMÁTICA DE LA FE
Fuente: Dr. Roberto Miranda
Congregación León de Judá
Miren que nadie los haga
cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de
los hombres, conforme a los principios (las normas) elementales del mundo y
no según Cristo. Colosenses 2:8
|
|
|
¿Hay algo demasiado difícil
para el SEÑOR? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año
próximo, y Sara tendrá un hijo. Génesis
18:14
|
El hombre, la mujer
de Dios, no vive la vida y no procesa los eventos y las circunstancias de la
vida como los procesa la persona que no conoce a Dios. El hombre, la mujer de
Dios, el hijo de Dios, tiene que ir efectuando un cambio en su mente a lo largo
de su carrera espiritual. Cuando entra en la economía divina, tiene que cambiar
de forma de pensar, y comenzar a vivir la vida a la luz de principios muy
diferentes a los principios que se usan en el mundo. Y por eso se requiere lo
que la Biblia llama una renovación de la mente, una transformación, un cambio
de forma de pensar.
En la Biblia se habla
de metanoia, en el griego original. Meta en griego quiere decir “cambio”, y
noia es “mente”. Es la palabra que al español se traduce “arrepentimiento”. Una
de las cosas esenciales que debemos aprender es que cuando entramos en los caminos
de Dios tenemos que cambiar de mente. Casi podríamos decir que cuando entramos
en los caminos del Señor tenemos que “arrepentirnos” de la vieja manera de
pensar, y comenzar a computar la vida en una forma diferente. Es como si a una
computadora le sacaran el disco duro antiguo que tenía y le pusieran otro
diferente.
La gente que usa
computadoras PC (personal computers), y las personas que usan computadoras
marca Apple, constituyen algo así como dos naciones cibernéticas diferentes. La
gente que usa las computadoras Apple jura que son las mejores, y es como si
pertenecieran a una cultura muy específica. De la misma manera, los que usan
las computadoras PC marca Dell, Toshiba o IBM, por ejemplo, emplean otros
programas, y parecen navegar el mundo cibernético en una manera diferente.
Esas dos “naciones”
tecnológicas ejecutan operaciones similares, pero es como si representaran dos
culturas separadas y distantes. Y así pasa con el pueblo de Dios. Los hijos de
Dios tienen una computadora espiritual diferente a la del mundo. Pertenecen a
una cultura separada, y difieren grandemente en su forma de procesar los
asuntos de la vida. Operan con un programa diferente. Ese programa se llama fe.
Ahora, sabemos que la
fe es una cosa muy compleja y multifacética. Tiene muchas capas y muchos
elementos dentro de ella. Como cualquier programa de computadora, requiere
mucha instrucción y mucha práctica para usarse con efectividad.
Pero lo principal es
eso: Para funcionar efectivamente en el mundo del Espíritu, tenemos que cambiar
de mente, y ajustar nuestros procesos mentales a las leyes del universo de la
fe.
¡Cuánta gente entra a
los caminos de Dios y no cambia de mente! Se quedan exactamente como eran antes
de conocer al Señor. Procesan los retos y decisiones de la vida conforme a los
mismos patrones mentales que empleaban cuando estaban en el mundo. Dios quiere
que cuando entremos a sus caminos aprendamos a funcionar y pensar en una forma
diferente.
Uno de los textos más
poderosos en este sentido es Romanos Capítulo 12, versículo 2. Dice allí,
parafraseando: “No se conformen, no se dejen moldear, por esta época en que
ustedes viven”, sino, dice, “transfórmense por medio de la renovación de su
mente”. En otras palabras, muchos cristianos nunca cambian de actitud y de
manera de pensar a pesar de estar en el evangelio. Están en la iglesia pero la
iglesia no está en ellos. Cuando viene el problema en la vida, cuando viene la
oferta de trabajo, o la oportunidad de escoger un compañero de matrimonio;
cuando viene la oportunidad de definir su forma de hacer negocios o manejar sus
finanzas, operan según lo que la cultura les dice que deben hacer, y conjugan
la vida conforme a los patrones seculares y racionales de la humanidad que no
conoce a Dios.
No emplean la lógica
divina, y por lo tanto desperdician la oportunidad de ver la gloria de Dios
manifestarse en sus vidas. Por eso el apóstol Pablo añade que es sólo por medio
del uso de esa nueva mentalidad del Reino, la mentalidad de fe, que podemos
“comprobar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Ro. 12:2).
Cuando el hijo de
Dios, la hija de Dios, entra a los caminos del Señor es preciso que entienda
que está entrando a otra dimensión donde operan leyes diferentes, donde algo
parece que es un animal pero en realidad es un ave, donde el mundo es mayor que
la suma de sus partes. En ese mundo extraño de la fe, dos más dos no son
necesariamente cuatro, sino que quizás sumen diez.
En el mundo contra
intuitivo de la fe hay que aprender una lógica diferente, un vocabulario
diferente, una ciencia diferente. Mucha gente se rehúsa a hacer esa transición,
y por esa razón se pasa toda la vida cristiana dando vueltas como los
israelitas en el desierto, sin jamás lograr entrar en la tierra prometida del
poder y la efectividad espiritual.
Es importante que
entendamos que al entrar a los caminos de Dios tenemos que experimentar una
metamorfosis en nuestro ser interior. Se supone que comencemos a pensar en una
forma radicalmente diferente a como piensa la gente común y corriente.
Los hijos de Dios computamos con una matemática
diferente, y esa matemática está basada en el principio de la fe. Así pasa
también en el mundo espiritual. Hay potencialmente muchas maneras de operar en
el mundo del espíritu. Pero hay un solo modelo bíblico, el modelo espiritual
aprobado por la mente divina; y es ese modelo—el modelo de fe— el que Dios
quiere que tú aprendas.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
No hay comentarios:
Publicar un comentario