Fuente:
Mensajes Cristianos.net
Mis
ovejas oyen mi voz.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
Yo dormía, pero mi corazón
velaba, ¡Una voz! ¡Mi amado toca a la puerta “Ábreme,
hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía, pues mi cabeza está
empapada de rocío, mis cabellos empapados de la humedad de la
noche!” Abrí yo a mi amado, pero mi amado se había retirado, se
había ido. Tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo
hallé; lo llamé, y no me respondió.
Habla, que tu siervo escucha.
Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia
arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en
tu casa. Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo.
Escucharé lo que dirá Dios el
SEÑOR, porque hablará paz a su pueblo, a sus santos; pero que no vuelvan
ellos a la insensatez.
Jn.
10:27 Ap. 3:20 Cant. 5:2, 6 I S.
3:10 Lc. 19:5, 6 Sal.85:8
Recibe una
Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro
Cristiano “Cristo es la Puerta”
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