¡YA NO LO SOPORTO MÁS!
Fuente: Shirley
Chambi
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
¿Has
conocido personas que te han agotado la paciencia? Recuerdo que al lado de
nuestra iglesia vivía una señora que siempre se quejaba de todo, del sonido,
los ruidos, la duración del culto y más. No conforme con ello cada mañana
dejaba su basura en la vereda de la iglesia. Los pastores ya no sabían
que hacer, ella hacía muy difícil la tarea de tratarla con amor…
“Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros
enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y
orad por los que os calumnian. Lucas 6:27-28
La pastora de nuestra iglesia, reflexionando sobre este
pasaje, se decidió a dar un paso de amor. Averiguó cuando era el cumpleaños de
la vecina y le preparó una torta para festejarlo. Cuando la vio llegar
instintivamente se puso a la defensiva, pensando que venía a reclamarle
por lo que hacía con la basura. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando vio
que solo se trataba de un gesto de amor, a pesar de tantos desencuentros.
Lo increíble fue que no mucho tiempo después, aquella
señora se convirtió y comenzó a congregarse con toda su familia de manera que
pasó a ser en un pilar importante de la iglesia que tanto
criticaba.
“Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron:
Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y
los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no
sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder
las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.” Lucas
9:54-56
¿Cuántas veces hemos querido que descienda fuego y
consuma a aquellas personas que nos agotan la paciencia? Aún los discípulos
estando a lado de Jesús tuvieron éstos fuertes deseos, sin embargo fueron
reprendidos duramente porque no respondían con el llamado que tenían como hijos
de Dios: “No hemos sido llamados a perder almas, sino a salvarlas”
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a
otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:13
Es probable que tengas conflictos con una o más
personas. Quizás te han agotado la paciencia y ya no quieres ni verlos,
ni menos cruzar palabra con ellos. Pero nuestro deber no es quejarnos o
pedir que desaparezcan de la tierra, sino guiarlos a que puedan alcanzar la
salvación, a través de la fe en Jesús. ¿Acaso no estamos
llamados a amar, bendecir y orar por nuestros enemigos?
¡Sé obediente y comienza a ver a Dios actuar!
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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