SEMBRANDO…
Bernardo
Stamateas
Extracto
del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Devocionaldiario.org
Jesús dijo “El sembrador salió a sembrar y la
semilla que cayó en la tierra produjo al 30, al 60 y al 100%”. El 30, es algo;
el 60, es mucho; el 100% es todo. Quiere
decir que puedes tener algo, mucho o todo de Dios; que puedes tener algunos,
muchos o todos los milagros. Si Dios te dio el 30, te va a dar el
60 y el 100; porque eres buena tierra.
Quédate tranquilo porque llegarás a tener todo de
Dios. Hoy estas progresando un poco, celébralo, porque Dios te llevará a
progresar todo. Porque el que comenzó la buena obra te llevará a toda la
bendición para tu vida. Si soy buena tierra hoy estoy con poco, pero mañana
estaré en el todo de Dios: todo el gozo del Señor; toda la ciudad convertida.
Juan 15 dice: “Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos, si te unís a mi vas a llevar fruto”. Fruto, más fruto, mucho fruto;
30, 60, 100; poco, mucho, todo. Dios
me da una Palabra (o sea una semilla) la obedezco y esa semilla trae fruto y
luego viene otra palabra, la obedezco y Dios me da más fruto, más semillas, más
palabras para obedecer, por eso a mayor crecimiento, más obediencia.
No necesito un buen amigo para crecer, necesito una
semilla, porque amistad no me cambia, una semilla que obedezco es la que me
cambia. Algunos no pasan del 30 al 60 porque Dios les dio una semilla y no la
obedecieron. Por ejemplo: “Cree en el Señor Jesucristo y bautízate”; dicen:
“Voy a esperar para bautizarme”; si quieres abundancia obedece la semilla que
Dios te dio, te bautizas pero te congregas una vez por año y la Biblia dice:
“Congrégate seguido”, entonces no obedeciste esa semilla y trabaste el proceso
de crecimiento. Obedece lo que Dios te dice porque por la desobediencia puedes
frenar lo que Dios te quiere dar.
Juan 15 dice: “El que permanece en mi trae fruto y
yo lo podo”. Podar. ¿Cómo te poda para que tengas más fruto?
Muchos dicen con las pruebas, pero ¡no! Las pruebas
traen dolor, la obediencia a esa
semilla te limpia para que Dios te dé más semilla para obedecer; la
misma semilla que te dio fruto es la misma semilla que te limpia y es la misma
semilla que te lleva a más fruto, y el más fruto en tu próximo nivel dará más
semillas, más palabras que te van a limpiar que te van a llevar al 100%.
No sé si la gente la va a obedecer, pero siembra y ten
esperanza de que el Espíritu Santo los convenza y él traiga el 30, el 60 y el
100%. Siembra una semilla a tus hijos, una Palabra, un audio, un mensaje que
oíste, un libro; y esa semilla empieza a crecer y si
esa persona la obedece cambia para siempre.
La gente no necesita que la convenzamos sino que le
sembremos una semilla, porque sólo Dios puede cambiar a la gente y la Palabra
es viva, estas semillas están vivas y pueden cambiar a la gente, si la obedece
cambia al treinta, después al sesenta y llega al todo de Dios y todo lo que
hace le sale bien.
Un día un muchacho muy pobre, que era vendedor de
puerta a puerta para pagar sus estudios, se encontró con sólo diez centavos en
su bolsillo y tenía mucha hambre. Entonces decidió que en la próxima casa iba a
pedir comida. No obstante, perdió su coraje cuando una linda y joven muchacha
abrió la puerta. En lugar de pedir comida pidió un vaso con agua. Ella pensó
que él se veía hambriento y le trajo un vaso con leche. Él se lo tomó
lentamente y luego le preguntó: “¿Cuánto le debo?” “No me debe nada” ella
respondió. “Mi mamá nos enseñó a nunca aceptar pago por bondad”.
Él dijo: “Entonces le agradezco de corazón”. Cuando
Howard Kelly se fue de esa casa, no sólo se sintió más fuerte en sus fuerzas,
sino también en su fe en Dios y en la humanidad. Años más tarde esa joven
muchacha se enfermó gravemente. Esos doctores locales estaban muy preocupados.
Decidieron enviarla a la gran ciudad donde especialistas estudiarían su rara
enfermedad. Uno de los especialistas era el Dr. Howard Kelly. Cuando él se dio
cuenta del nombre del pueblo de donde ella venía, una extraña luz brilló en sus
ojos. Inmediatamente se levantó y fue al cuarto donde ella estaba. Vestido en
sus ropas de doctor la vio y reconoció al instante. Luego volvió a su oficina
determinado a hacer lo posible para salvar su vida.
Desde ese día le dio atención especial al caso.
Después de una larga lucha, la batalla fue ganada. El Dr. Kelly pidió a la
oficina de cobros que le pasaran la cuenta final para darle su aprobación. La
miró y luego escribió algo en la esquina y la cuenta fue enviada al cuarto de
la muchacha. Ella sintió temor de abrirla porque estaba segura de que pasaría
el resto de su vida tratando de pagar esa cuenta. Finalmente ella miró, y las
siguientes palabras escritas en la esquina de la factura llamaron su atención:
“Pagado por completo con un vaso de leche”.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”