QUIERO VOLVER A
ENAMORARME 3
Fuente:
Alejandra Stamateas
Devocionaldiario.org
Continuemos.
Quizás hoy desees tener sexo con el hombre que
estás conociendo y a los dos meses ya no lo desees porque te diste cuenta que
el hombre era un farsante y que además tenía una amante. En ese caso, estarías
cumpliendo un deseo, pero lo cierto es que no te moviste por principios. Los principios son reglas que cumplís
porque tienen una finalidad, es decir, porque quieres lograr algo. Por
tal motivo, es importante que te preguntes cuáles son los principios que tienes
actualmente y que además incorpores a tu vida el reservar tu sexualidad para
disfrutarla en el momento oportuno. Dicho principio no es una regla que tienes
que cumplir como una niña obediente que obedece al Padre, porque si no, Él se
enoja. Por el contrario, tienes que comportarte como una mujer adulta y
responsable que dice: “Si ahora no tengo sexo es porque tengo ese principio que
Dios me dijo y que me parece bueno. Sé que tengo una meta más importante con
esta persona a la que estoy conociendo, porque quiero entablar un vínculo
sólido”.
Lo anterior no significa que no tengas deseos,
porque todos los seres humanos lo tenemos, sino que sepas controlar ese deseo
porque sabes que es perjudicial para vos. Cuando
vos haces tuyo un principio decís: “Esto no lo hago porque es para mí bien”. Por
eso, a la hora de construir pareja no te muevas por ese deseo repentino que te
venga, sino por los principios que te permitirán disfrutar al máximo en el
tiempo correcto. No se trata de no hacer algo porque te lo impuso una iglesia o
un pastor, sino porque vos misma decidiste no hacerlo porque tu meta es más
grande. Para construir una pareja sólida tanto el hombre como la mujer deberán
tomarse un tiempo para conocerse en profundidad. Entonces, ya no te comportes
más como una niña que se mueve por temor, sino como una mujer adulta que
respeta este principio de Dios y lo hace suyo. Recuerda que mientras esperas el
momento adecuado tienes muchísimos aspectos fundamentales para ir trabajando en
esa pareja que estás construyendo.
El pasaje citado al comienzo narra que Daniel y sus
amigos habían sido capturados por el rey de Babilonia, quien se había propuesto
seleccionar algunos varones judíos que fueran bonitos para instaurarle su
cultura. En otras palabras, quería desterrar la cultura de Israel y que dichos
jóvenes pensaran y actuaran como lo hacían los babilonios. Daniel y sus amigos
aceptaron eso y aprendieron literatura, filosofía y todo lo relacionado a la
cultura de Babilonia. En un momento el rey dijo que iban a beber su vino y a
alimentarse de su comida, algo muy tentador para estos jóvenes esclavos. Sin
embargo, pese a que Daniel se había nutrido de gran parte de la cultura de
Babilonia, cuando llegó el momento de alimentarse con la comida del rey, él se
negó a ingerirla porque la ley judía estipulaba que no se podían comer dichos
alimentos. Al igual que Daniel, tienes que saber
establecer límites y decidir hasta dónde vas a aceptar ciertas cosas.
Aprende a decir: “Solamente voy a aceptar algo que tenga que ver con el
proyecto que tengo de pareja. Hay un principio que defiendo por el cual le voy
a poner límites a esto que me propones porque quiero algo superior”.
En una charla que mantuve con una mujer atea le
pregunté qué haría si un hombre le propusiera tener sexo y ella no se sintiera
preparada. “Le diría que me espere. Si realmente me ama, entonces me va a
esperar”, respondió. Resulta llamativo cómo esta mujer brindo una respuesta
similar a la que se suele escuchar dentro de una iglesia. Toma en cuenta estas
palabras y no permitas que nadie te apure, porque hay un momento para cada
cosa. No hagas nada por puro deseo sino por principios, ya que así te mueves
ordenadamente y permitís que la bendición venga sobre tu vida. Es esencial que
sepas que este principio no cae en tu alma sino en tu espíritu. Cuando eso sucede,
no importa lo que el otro te diga, pues le dirás: “Hasta
acá llegué, porque estoy esperando algo más grande para mi vida”.
Quizás te preguntes: “¿Qué hago mientras no tengo
pareja?”. Frente a esta pregunta quiero decirte que no tienes que vivir ese momento
como una carga. Por el contrario, viví esa espera como un tiempo de bendición
en el que Dios te está ayudando a florecer en otras áreas de tu vida. Manteen tus expectativas altas, pues lo
que viene de Dios es lo mejor, y mientras tanto, genera espacios para el
encuentro, conoce gente y no te enfoques solo en los detalles. Amplia
tu círculo social y elegí, porque solo es libre el que decide. De lo contrario
serás esclava de una persona que es tu única opción. En ese momento tienes que
obrar a pesar de tu dolor y recibir la gracia de Dios. Dicha gracia es lo que
Dios te da a pesar de que las cosas no cambien y tengas que seguir recordando
ese pasado angustiante.
(CONTINÚA…)
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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