¿HERMOSO DÍA, VERDAD?
Fuente: Renuevo de Plenitud.com
El día empezó muy mal.
Me quedé dormida y llegué tarde al trabajo.
Todo lo que sucedió en la oficina contribuyó a mi ataque de nervios.
Para cuando llegué a la parada del autobús en mi viaje de regreso a casa, tenía
un gran nudo en el estómago.
Como de costumbre, el autobús llegó tarde... y atestado. Tuve que ir
de pie en el pasillo. Mientras el bamboleante vehículo me lanzaba en todas
direcciones, mi depresión se hacía más profunda.
Entonces escuché una voz grave que salía del frente: -Hermoso día,
¿verdad?
Debido a la
aglomeración de público, no podía ver al hombre, pero podía escucharlo mientras
seguía comentando el panorama primaveral, llamando la atención hacia cada punto
importante que se avistaba: esta iglesia, ese parque, aquel cementerio, la
estación de bomberos.
Pronto todos los pasajeros estaban mirando por las ventanillas. El
entusiasmo del hombre era tan contagioso que me sorprendí sonriendo por primera
vez ese día. Llegamos a mi parada. Maniobrando hacia la puerta, eché un vistazo
a nuestro "guía": una figura regordeta con una barba oscura, que
usaba espejuelos oscuros y llevaba un delgado bastón blanco.
Salmo 118:24
Este es el día que hizo Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.
Este es el día que hizo Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.
Salmo 145:2
Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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