EL MENTIROSO
Fuente:
Samuel Clark
Losnavegantes.com
Queridos
Amigos del Camino:
Un
terrible mal existe entre la raza humana que ni los animales son capaces de
cometer, así que no lo podemos llamar “bestial” sino ”humanoide”. Sólo una
creación superior es capaz de mentir.
La
definición de la mentira es la declaración, a sabiendas, de algo que es falso o
incorrecto. Uno puede decir o vivir una falsedad sin saberlo; no es una
mentira. La mentira es un acto de la voluntad que tiene como propósito engañar.
Por esto las mentiras duelen tanto y hacen tanto daño.
I
Reyes 22:23 aclara que hay espíritus de mentira que hablan por una voz humana,
a veces aún de profetas. Quiere decir que los profetas saben que están
mintiendo, saben que van en contra de la verdad. En este caso los profetas
decían que Dios declaraba que Acab y su ejército iban a derrotar al ejército de
la ciudad de Ramot de Galaad, en ese tiempo bajo la protección del Rey de
Siria. Sabían que Dios no lo había dicho pero el Rey Acab quería oír tal
mensaje. Un espíritu de mentira sabe motivarnos a decir lo que sabemos es falso
para algún propósito egoísta.
Hoy
también hay tantos “profetas” que dicen cosas, sabiendo que no son ciertas,
porque es lo que la gente quiere oír y creer. Un ejemplo es la doctrina de
“Reclamar lo que quieres y es tuyo”. No importa lo que sea: el éxito, un carro
nuevo, la salud, esposo/esposa, etc. Es un espíritu de mentira porque Dios no
dice esto. Dice que debemos pedir con fe lo que sabemos es Su voluntad y para
Su honra y gloria. El espíritu de mentira tuerce la Palabra de Dios para
engañar, como hizo la serpiente en el Huerto de Edén. Sólo podemos reclamar
algo prometido que es Su voluntad.
Otro
ejemplo del espíritu de mentira: algunos dicen lo que saben es falso para
que otros les tengan lástima, o les ayuden, o para que piensen mal de otros,
etc. Los motivos son siempre egoístas, algún supuesto beneficio que desean
lograr. Es uno de los pecados más comunes de los cristianos carnales que buscan
primero su propio bien. Es el pecado que describimos con colores: la mentira
negra, gris, blanca. Así podemos sentirnos menos culpables, según la situación
que “necesitaba” una falsedad para lograr un fin egoísta.
Hay un
solo Espíritu de Verdad, el Espíritu de aquel Dios que “no es hombre para que
mienta” y que “no puede mentir”, de aquel Hijo de Dios que es “La Verdad”. Ese
Espíritu Santo y Consolador nunca miente; se llama “Espíritu de Verdad”.
La
verdad es “absoluta”, no como dicen hoy: “relativa”, “situacional”,
“existencialista”. La verdad es el parte aguas que separa la Palabra de Dios de
todas las demás filosofías, religiones y teorías de los hombres. Todo lo que no
es la verdad es una mentira. Por eso Satanás se llama “el padre de la mentira”
y se dice que “no hay verdad en él”.
Así
que cuando habla siempre va a decir una mentira con el propósito de engañar.
Por eso hay tantas religiones y sectas falsas.
Lástima
que tantos de nosotros caemos en sus mentiras. Luego sufrimos las consecuencias
porque no sabemos/creemos lo que Dios ha dicho en Su Palabra. Aún más triste es
como seguimos su espíritu de mentira en vez del Espíritu de Verdad y decimos
cosas que sabemos que no son ciertas: exageraciones para que crean algo más de
lo que es cierto, o minimizaciones que quitan casi todo lo malo para que crean
que no es tan malo. O a veces puras mentiras para engañar a otros y así
salvarnos de las consecuencias de nuestros actos. Y hasta a veces engaños para
tomar ventaja de los crédulos y manipularlos para nuestro bien.
En
Hechos 5 Ananías y Safira mintieron a Pedro, los Apóstoles y la iglesia.
Eso fue llamado “mentir a Dios/al Espíritu”, no a hombres. La sentencia divina
fue inmediata. No sé cuántos cristianos sobrevivirían tal sentencia hoy en día,
pero yo sé que Pablo dice que en el Tribunal de Cristo vamos a recibir según lo
que hayamos hecho mientras estábamos en este cuerpo, sea bueno o malo (II Co.
5:10). Dios no puede ser burlado. Todos vamos a cosechar lo que hemos sembrado,
sea en la carne (mentiras, iras, borracheras, adulterios, etc.) o sea en y por
el Espíritu Santo. Por esto debemos contestar esta pregunta: ¿De cuál espíritu
estoy hablando? Dios es nuestro Padre y no tolerará que hablemos por el
espíritu de Su enemigo.
¿Saben,
amigos, por qué es tan importante este asunto? Colosenses 3:9,10 dice. “No mintáis
los unos a los otros, puesto que habéis desechado al hombre viejo con sus malos
hábitos, y os habéis vestido del hombre nuevo, el cual se va renovando hacia un
verdadero conocimiento, conforme a la imagen de Aquel que lo creó”, es a saber,
la imagen de Dios y Jesucristo, cómo son ellos en Su esencia perfecta y santa.
Efesios 4:22-25 dice: “que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os
despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que
seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre,
el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de
la verdad. Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLAD VERDAD CADA CUAL
CON SU PROJIMO, porque somos miembros los unos de los otros. ”
Porque
nos hemos cambiado del eje egocéntrico al eje Cristocéntrico, ahora somos
nuevas criaturas y vamos cambiando más y más a Su imagen. Además, somos un
Cuerpo y un miembro del Cuerpo no hace daño a otro miembro del Cuerpo. ¿Pueden
imaginar a una mano golpeando a la otra mano con una piedra? Eso es lo que hacemos
con mentiras, chismes, críticas y juicios falsos.
Otra
razón porqué comparto esto con Uds.: yo lucho con ese espíritu de mentira
constantemente. De niño aprendí a mentir y mentía cuando hubiera sido más fácil
decir la verdad. Yo sé cómo ese mentiroso Satanás puede apoderarse de uno y qué
difícil es romper sus ataduras. La confesión a Dios y a otros ayuda mucho a
formar nuevos hábitos de verdad. Pero es la Cruz donde yo morí con Cristo, y Su
Espíritu de Verdad que me libra del espíritu de mentira para hablar verdad
ahora.
El
que habla la verdad no tiene que preocuparse de nada de lo que dice. El
mentiroso siempre tiene que recordar lo que dijo para no descubrirse. Pega
mentira tras mentira para cubrir la mentira original. ¡Qué horrible vida! ¡Qué
bendición es decir la verdad siempre! Vivamos siempre la verdad con amor y
tendremos la bendición de Dios.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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