ADORACIÓN
QUE TRANSFORMA
Fuente: Dr. Roberto Miranda
Congregación León de Judá
Pero nadie puede entrar en la
casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata; entonces
podrá saquear su casa. Marcos 3:27
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Cuando comenzaron a entonar
cánticos y alabanzas, el SEÑOR puso emboscadas contra los Amonitas, los
Moabitas y los del Monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron
derrotados. 2 Crónicas 20:22
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Las congregaciones
que entienden el poder de la adoración de guerra pueden ser tremendamente
efectivas para ayudar en la transformación de vecindarios y aun ciudades
enteras. Muchas de nuestras ciudades están controladas y oprimidas por
poderosas huestes espirituales de maldad. Esos poderes oscuros controlan y
mantienen los fenómenos de la violencia, drogas, promiscuidad, homosexualidad y
humanismo que encadenan a nuestras comunidades. Se requiere gente del Espíritu
capaz de contrarrestar esa influencia maligna por medio de la adoración de
guerra y la declaración profética de la voluntad de Dios sobre la ciudad.
Habrá momentos
durante el culto en que el Espíritu Santo dirigirá a una congregación a
declarar el señorío y los propósitos específicos de Dios concerniente a un área
geográfica. En ese momento, la adoración deberá tornarse en una declaración
colectiva de guerra. El pueblo de Dios entrará en una dinámica de atar y
desatar, declarando sanidad, liberación y bendición para comunidades
específicas, o neutralizando la obra del Enemigo.
Por eso siempre será
necesario tener líderes de adoración y pastores capaces de discernir el mover
del Espíritu en un momento dado de la adoración congregacional, que estén
preparados espiritualmente para intervenir en el curso del culto y aprovechar
la oportunidad para llevar al pueblo a un tiempo de intercesión y clamor. En
esos momentos de visitación del Espíritu se lograrán grandes cosas a favor de
nuestras comunidades, así como del Reino de Dios.
La música y la
adoración, emprendidas desde esa postura guerrera, resuelta a declarar y
reconocer el señorío único de Dios sobre la ciudad, debilitarán el dominio
ilegítimo del Enemigo, y permitirán que se dé la cosecha de almas que tanto se
necesita. Esa adoración apasionada confundirá y neutralizará la comunicación y
las acciones en el territorio de las tinieblas, y permitirá que haya libertad
de parte de la Iglesia para ejecutar los propósitos de Dios.
Podría decirse que la adoración, emprendida desde
una postura de guerra, ata al “hombre fuerte” del cual habló Jesús, permitiendo
que su casa sea saqueada y que sus esclavos sean libertados (Mar 3:27). John
Dawson lo plantea de esta manera: “¿Quiere que haya avivamiento en su ciudad?
¿Quiere derrotar a los poderes de las tinieblas? La manera de deshacerse de la
oscuridad es encendiendo la luz, estableciendo la presencia del Señor en medio
de su pueblo mediante la alabanza”.
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Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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