SI PUEDES VERLO, PUEDES TENERLO
Fuente: Bernardo
Stamateas
Extracto
del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Devocionaldiario.org
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con El todas las
cosas?”
(Romanos 8:32).
Visualizaré un
Futuro Glorioso.
Jacob era un tramposo, se enamoró de Raquel y, como
no tenía dinero para comprarla, trabajó siete años para casarse con ella. Su
padre, más tramposo que Jacob, le dijo que primero debía casarse con la mayor.
A veces Dios no interviene en nuestro cambio pero
pone al lado a alguien peor para que nos miremos en ese espejo. Jacob trabajó
siete años más para casarse con Raquel. Al ver a Labán muy prosperado, le
pidió las ovejas manchadas.
Pensando que la mayor cantidad de ovejas le
quedarían a su tío, tomó unos palitos, les sacó la piel y los plantó donde las
ovejas y cabras tomaban agua, y éstas comenzaron a parir con manchas y Jacob
tuvo que irse porque empezaron a pelear a causa de su prosperidad. Enseñanza:
lo que ves, parís.
Jacob creció y Dios
lo cambió. Ya anciano, juntó a sus hijos para bendecirlos. Les dijo: “Moriré,
quiero que me entierren en la tumba de Abraham, mi abuelo, y mi padre Isaac”.
Se puso como para dar a luz, con la cabeza entre las piernas, y murió. Al
verlo, José recibió algo sobrenatural.
Pasaron los años, José estaba por morir, juntó a
todos sus hijos y les dijo: “Cuando muera, no me lleven a la tumba de Abraham,
mis huesos los enterraran en Egipto y cuando Dios los visite para llevarlos a
otra tierra, mis huesos irán con ustedes”. Dijo: “No volveré al pasado, a las
glorias del ayer, iré para adelante”. Y porque José dijo a sus hijos: “Un día
Dios los visitará”, gracias a esa palabra, Dios levantó a Moisés para sacar al
pueblo de Egipto, después de cuatrocientos años de esclavitud; sabían que Dios
los visitaría.
Declará a tu
descendencia: “Dios los visitará” y esa palabra en el corazón caminará hacia el
futuro.
La palabra de un abuelo que bendice o un padre que
profetiza quedará viva en medio del peor desierto porque alguien habló bien:
“No volverás a la tumba como tu abuelo, ni morirás de cáncer, ni pobre, irás
hacia adelante con Dios”. Llevaron el Arca a la casa de Obed-Edom, quedó allí
tres meses y prosperó en todo. Siempre me pregunté porque llevaron el Arca a la
casa de Obed-Edom y no a la de otro.
Para que haya un avivamiento en la ciudad primero
debe haberlo en la casa. Dar testimonio primero en casa, ganar a la familia, no
es fácil mostrar al Señor donde conocen nuestras miserias y desgracias. Los
hijos de Obed-Edom se llamaban:
·
Semaías que significaba “Dios oye”, creció declarando esa verdad.
·
Natanael, “Dios ha bendecido”, caminaba diciéndolo.
·
Sacaar, “el que sobresale”.
·
Paultai, “trabajador”.
·
Isacar, “recompensa de Dios”.
·
Josabá, “dotado de Dios”.
Con sus nombres declaraban constantemente la
presencia de Dios, por eso Dios se dijo: “¿Dónde viviré tres meses antes del
avivamiento en la ciudad? En la casa de Obed-Edom porque ha determinado la
atmósfera para mi presencia”.
PARA QUE HAYA UN AVIVAMIENTO EN LA CIUDAD PRIMERO
DEBE HABERLO EN LA CASA.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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