lunes, 31 de marzo de 2014

SI PUEDES VERLO, PUEDES TENERLO

SI PUEDES VERLO, PUEDES TENERLO
Fuente: Bernardo Stamateas
Extracto del libro “Mentalidad de Avivamiento”
Devocionaldiario.org

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con El todas las cosas?”
(Romanos 8:32).

Visualizaré un Futuro Glorioso.
Jacob era un tramposo, se enamoró de Raquel y, como no tenía dinero para com­prarla, trabajó siete años para casarse con ella. Su padre, más tramposo que Jacob, le dijo que primero debía casarse con la mayor.

A veces Dios no interviene en nuestro cambio pero pone al lado a alguien peor para que nos miremos en ese espejo. Jacob trabajó siete años más para casarse con Raquel. Al ver a Labán muy prospe­rado, le pidió las ovejas manchadas.

Pensando que la mayor cantidad de ovejas le quedarían a su tío, tomó unos pali­tos, les sacó la piel y los plantó donde las ovejas y cabras tomaban agua, y éstas comenzaron a parir con manchas y Jacob tuvo que irse porque empezaron a pelear a causa de su prosperidad. Enseñanza: lo que ves, parís.

Jacob creció y Dios lo cambió. Ya anciano, juntó a sus hijos para bendecirlos. Les dijo: “Moriré, quiero que me entierren en la tumba de Abraham, mi abuelo, y mi padre Isaac”. Se puso como para dar a luz, con la cabeza entre las piernas, y murió. Al verlo, José recibió algo sobrenatural.

Pasaron los años, José estaba por morir, juntó a todos sus hijos y les dijo: “Cuando muera, no me lleven a la tumba de Abraham, mis huesos los enterraran en Egipto y cuando Dios los visite para llevarlos a otra tierra, mis huesos irán con ustedes”. Dijo: “No volveré al pasado, a las glorias del ayer, iré para adelante”. Y porque José dijo a sus hijos: “Un día Dios los visitará”, gracias a esa palabra, Dios levantó a Moisés para sacar al pueblo de Egipto, después de cuatrocientos años de esclavitud; sabían que Dios los visitaría.

Declará a tu descendencia: “Dios los visitará” y esa palabra en el corazón caminará hacia el futuro.
La palabra de un abuelo que bendice o un padre que profetiza quedará viva en medio del peor desierto porque alguien habló bien: “No volverás a la tumba como tu abuelo, ni morirás de cáncer, ni pobre, irás hacia adelante con Dios”. Llevaron el Arca a la casa de Obed-Edom, quedó allí tres meses y prosperó en todo. Siempre me pregunté porque llevaron el Arca a la casa de Obed-Edom y no a la de otro.

Para que haya un avivamiento en la ciudad primero debe haberlo en la casa. Dar testimonio primero en casa, ganar a la familia, no es fácil mostrar al Señor donde conocen nuestras miserias y desgracias. Los hijos de Obed-Edom se llamaban:

·         Semaías que significaba “Dios oye”, creció declarando esa verdad.
·         Natanael, “Dios ha bendecido”, caminaba diciéndolo.
·         Sacaar, “el que sobresale”.
·         Paultai, “trabajador”.
·         Isacar, “recompensa de Dios”.
·         Josabá, “dotado de Dios”.

Con sus nombres declaraban constantemente la presencia de Dios, por eso Dios se dijo: “¿Dónde viviré tres meses antes del avivamiento en la ciudad? En la casa de Obed-Edom porque ha determinado la atmósfera para mi presencia”.

PARA QUE HAYA UN AVIVAMIENTO EN LA CIUDAD PRIMERO DEBE HABERLO EN LA CASA.

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.

Centro Cristiano “Cristo es la Puerta” 

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