DETRÁS DE LOS ERRORES
Fuente: Ana
María Frege Issa
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ
En Lucas 19:
1-9 encontramos la historia de Zaqueo, un recaudador de impuesto en Jericó. Por
lo que sabemos, fue un hombre de pequeña estatura y de una reputación no muy
favorable, por su profesión no era nada aceptado por sus compatriotas, los
publicanos eran conocidos como estafadores y ladrones, siempre se los
mencionaba como pecadores.
Este pequeño hombre, cuando escuchó que Jesús iba a
pasar por su ciudad, se subió a un árbol para poder verlo, quizás era sólo
curiosidad pero lo seguro es que nunca imaginó lo que iba a acontecer: el
maestro lo invitó a bajar porque iría a su casa.
Claro está que la decisión no le cayó nada bien a
las personas que iban con Jesús. ¿Acaso el Maestro no sabía quién era Zaqueo?
Todos sabían de él, podría haberse quedado en la casa otra persona de mejor
reputación, pero ¿En la casa de Zaqueo?
Y Aunque la gente murmuraba Jesús no hizo caso a la
multitud, sino que fue a su casa. Esa actitud de Jesús, de mostrar interés en
Zaqueo y no juzgarlo ni tratarlo mal fue lo que cambió la vida de este pecador,
al punto que ese día decidió dar la mitad de su riqueza a los pobres y devolver
cuatro veces más a los que había estafado. Zaqueo reconoció su pecado y quiso
rectificar el mal que había hecho, ese día llegó la salvación a su casa.
Mucha gente vive marginada y juzgada por lo que hacen o
lo que hicieron, nuestra tendencia humana es a desahuciar personas, dar por
casos perdidos a los demás, en lugar de mirar más allá de lo que todos ven y
extenderles la mano, pedirles que bajen del árbol. Quizás estas personas
sólo están esperando eso, que alguien les hable con amor, que no los ataquen ni
juzguen, que vean lo que realmente hay en ellos, su potencial y no sólo
los errores.
Esa persona podría estar en tu misma casa, podría ser un
hijo, un padre, un sobrino o un amigo que por su actitud y sus constantes
errores ha hecho que olvides quién es realmente y lo único que ves es a un
pecador. Ahora intenta mirar con los ojos de Jesús, ¿Qué ves en esa persona?
“Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido.
Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso
pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la
oscuridad y entrar en su luz maravillosa” 1ª Pedro 2:9
Es tiempo de mostrar el amor y la misericordia de Jesús,
de buscar en las personas aquello que ve Jesús. Ninguno de nosotros es perfecto
y aun así Jesús levantó su mirada y nos pidió que bajáramos del árbol para ir a
nuestras casas.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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