viernes, 14 de marzo de 2014

QUIERO VOLVER A ENAMORARME 4

QUIERO VOLVER A ENAMORARME 4
Fuente: Alejandra Stamateas
Devocionaldiario.org
Continuemos.

La Biblia narra que una mujer samaritana se le acercó a Jesús mientras ella estaba por sacar agua de un pozo. En ese momento el Señor no le predicó, sino que le recordó las heridas del pasado: “Ve a llamar a tu esposo”. Hay veces que para sanar algo del presente Dios tiene que buscar en tu pasado y removerlo para ver cómo estás. En la historia en cuestión la mujer samaritana le dijo que no tenía esposo, a lo que Jesús le respondió: “Bien has dicho que no tienes esposo. Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En esto has dicho la verdad”. No se sabe con certeza qué había pasado con las parejas anteriores de esta mujer, pero lo cierto es que no era algo natural en esa época. Tras haber tocado el pasado de la samaritana, el Señor le dijo: “Aquí está el Mesías que puede sanarte esa herida”.

Al respecto, el apóstol Pablo dijo: “Señor, sana mi herida porque quiero vivir sin ella”, y el Señor le respondió: “Te basta con mi gracia”. Cuando hay una herida en tu vida te basta con la gracia del Señor, que es la fuerza y el poder de Él en vos. Su gracia implica que sepas que Él camina todos los días con vos y que en los momentos de dudas, temor y espera de eso que aún no viene, Él está ahí para acompañarte. Dicho de otro modo, la gracia de Dios es ese río de agua de vida que te dice: “Aunque esa situación no cambie, yo estaré siempre con vos para fortalecerte y sostenerte en medio del dolor”.

El pasaje citado al comienzo de este mensaje expresa que Daniel le dijo al guardia que comparase sus caras con las de los jóvenes que comiesen de la comida del rey y observase los resultados. Compara el rostro de alguien que tenga los principios del cielo con el de otra persona que no los tenga y se comporte de manera infantil, solo obedeciendo a Dios por miedo. El rostro del que vive con los principios de Dios brilla, ya que el mismísimo Espíritu Santo está dentro de esa persona. Las verduras que comía Daniel parecían insulsas, pero le daban vitalidad y lo hacían brillar. Actualmente la cultura considera que los principios del cielo son insulsos, pero lo cierto es que estos te dan vida y te hacen brillar.

A continuación te propongo que hagas el siguiente ejercicio. Busca una foto tuya que sea anterior al momento en que conociste al Señor y compara esa imagen tuya con la que te hoy te devuelve el espejo: podrás ver cómo antes parecías más vieja y ahora tu rostro brilla, pues te has sumergido en los principios de Dios.

Los principios de Dios son como la comida sana que al principio parece que no te va a gustar, pero luego te das cuenta que te hace bien. Dice: “Puedo ponerle un límite a esta propuesta porque sé que hay algo mejor para mi vida. Si esta persona me puede esperar ahora, entonces lo hará en otras oportunidades. Si puedo decir “No” a esto, entonces podré decirle “No” a otras cosas negativas que aparecerán en mi vida, pues yo me muevo por principios de Dios”. Nunca olvides que el poder que te dio el Espíritu Santo siempre tiene que quedar de tu lado. Si encuentras a alguien que comparta tus mismos principios, avanza con tranquilidad. Sin embargo, si el otro no comparte tu visión, ponle límites a su maltrato o a una propuesta que no quieras, y dice: “Hasta acá”. No te alimentes con comida de la cultura, sino con los principios del Reino que dan vida, bendición y prosperidad.

Aunque la situación no cambie, y sientas que se pasa el tiempo, Dios te da la gracia que te ayuda a vivir. Quizás digas: “Ay, pero en realidad esto que me pasó es muy fuerte”, “No sé cómo manejar esta situación tan dura” o “Tengo mucho miedo y dudas”, frente a lo cual te aconsejo que pidas la gracia de Dios. Como dije antes, esta es la fuerza del Señor, Su compañía diaria que te sostiene en momentos adversos. Dile: “Señor, dame tu gracia. Parece que no puedo y que el sueño que espero no viene, pero a pesar de que las dificultades aumentan cada vez más, creo en el poder de tu gracia que es el río de agua de vida que vive dentro mío”.

Muévete inteligentemente a la hora de buscar ese amor y recuerda que no hay nada más lindo que enamorarse. ¡Amar y ser amada es una experiencia maravillosa!

Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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