viernes, 28 de marzo de 2014

¿QUÉ HAGO EN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR?

¿QUÉ HAGO EN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR?
Fuente: Norma Peraza
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

 Siempre la llegada de un recién nacido provoca ternura y admiración, sobre todo cuando ves a ese nuevo ser tan inocente y frágil que con el tiempo nunca te imaginas que puede llegar a ser una persona violenta, capaz de levantarle la mano a su esposa, hijos y hasta su propia madre. Todo por factores externos no favorables en su desarrollo; tales como la experiencia de haber visto conductas agresivas o violentas en su familia, el haberla sufrido en carne propia, la saturación de violencia que se ve en los medios, entre otros elementos que provocan la personalidad violenta, y si además de esto le agregas consumo de alcohol y drogas ya sabes lo que sucede.
De ahí la responsabilidad de darle al nuevo ciudadano un ambiente sano y favorable para que siga por el buen camino.  Porque la persona no nace violenta se hace con el entorno en el que crece y se desarrolla, principalmente en la familia donde vive su infancia.
Si te interesa evitar este gran problema social de violencia doméstica o bien ya tienes el problema y ha ido en aumento y deseas corregirlo es muy importante que atiendas lo siguiente:
1) REEDÚCATE
La educación es un factor clave  para prevenir o corregir la conducta violenta en la familia, algo que debe iniciarse en la familia después en la escuela. La educación es un proceso continuo de la mejora personal. Aunque es una solución a largo plazo es la única que puede producir resultados consistentes y duraderos.
Cuando hablo de educación, no solo es referente a los niños, si no a la reeducación de la madre, del padre, de los maestros, con el objetivo de enseñar con el buen ejemplo, dado que existe la tendencia en los niños a repetir los patrones de conducta de los adultos, particularmente de su familia.
Tú puedes hacer la diferencia, infórmate, pide ayuda para ti, o bien para tu esposo, si es el caso de quien está ejerciendo la violencia física o psicológica.
Es común que la violencia la ejerza el más fuerte sobre el más débil por razones de edad, fuerza física, conocimientos, superioridad económica, entre otros, Por la vulnerabilidad de la mujer es que sufre más la violencia por parte de los hombres.
2) EL PAPEL DE LA MUJER
Es importante que  la atención no se limite solamente a quienes ejercen violencia, sino a quienes la sufren y observan. Considerando que hay más mujeres víctimas de violencia, es clave su papel en la creación de un entorno familiar donde hay violencia.
En primera porque al ser tolerantes al maltrato, está dando un pésimo ejemplo a sus hijos. En segundo, porque el clima de violencia se está creando por ambas partes. Por ello es importante que la mujer esté consciente del enorme valor que tiene como persona, por lo que debe darse a respetar. Exija respeto y no permita nunca ser maltratada, porque nada, pero absolutamente nada justifica la agresión física y psicológica.  Por ello, no deben poner en riesgo su integridad física por nada. Si la mujer vive con un agresor, que sufre de trastorno de personalidad, o consume drogas o alcohol, no debe vivir con él, puede ayudarle a tratarse por fuera en un centro de rehabilitación, que reciba atención psicológica o psiquiátrica.
Por otro lado, hay que recordar que son muchas mujeres que ejercen también violencia con sus hijos, los agreden física o bien con palabras, o ambos, y esto, lo único que provoca además de perjudicar la autoestima, está enseñándoles a resolver así los problemas. Así que cuando crezca no dudes que sea de los que agredan a su esposa y a sus hijos, o quiera siempre resolver sus problemas de manera agresiva.
De igual modo que las mujeres merecen respeto, los niños también merecen el mismo respeto. No por ser pequeños son menos personas.
3) DOS VALORES CLAVES
Hoy en día que se habla mucho sobre educar en los valores, existen dos en particular que se relacionan con la prevención y solución del problema de la violencia, tanto dentro de la familia como fuera, estos son el respeto y la justicia.
El respeto que significa valorar a los demás, acatar su autoridad y considerar su dignidad. El respeto exige un trato amable y cortés. Es la esencia de las relaciones humanas, del trabajo en equipo, de cualquier relación interpersonal.
La justicia es basada en el reconocimiento y el respeto de los derechos de los demás, así como en la defensa de los propios derechos. Por último, hay que poner especial empeño en educar a los hombres, niños, jóvenes en el valor del respeto particularmente hacia las mujeres.
Oro a Dios por tu vida y la de tu familia, que te dé la sabiduría para enseñar a tus hijos con buen ejemplo para que se desarrollen en un ambiente sano lleno de amor, respeto y justicia.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”


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