¿QUÉ HAGO EN CASO DE
VIOLENCIA FAMILIAR?
Fuente: Norma
Peraza
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Siempre
la llegada de un recién nacido provoca ternura y admiración, sobre todo cuando
ves a ese nuevo ser tan inocente y frágil que con el tiempo nunca te imaginas
que puede llegar a ser una persona violenta, capaz de levantarle la mano a su
esposa, hijos y hasta su propia madre. Todo por factores externos no favorables
en su desarrollo; tales como la experiencia de haber visto conductas agresivas
o violentas en su familia, el haberla sufrido en carne propia, la saturación de
violencia que se ve en los medios, entre otros elementos que provocan la
personalidad violenta, y si además de esto le agregas consumo de alcohol y
drogas ya sabes lo que sucede.
De ahí la responsabilidad de darle al nuevo ciudadano un
ambiente sano y favorable para que siga por el buen camino. Porque la
persona no nace violenta se hace con el entorno en el que crece y se
desarrolla, principalmente en la familia donde vive su infancia.
Si te interesa evitar este gran problema social de
violencia doméstica o bien ya tienes el problema y ha ido en aumento y deseas
corregirlo es muy importante que atiendas lo siguiente:
1) REEDÚCATE
La educación es un factor clave para prevenir o
corregir la conducta violenta en la familia, algo que debe iniciarse en la
familia después en la escuela. La educación es un proceso continuo de la mejora
personal. Aunque es una solución a largo plazo es la única que puede producir
resultados consistentes y duraderos.
Cuando hablo de educación, no solo es referente a los
niños, si no a la reeducación de la madre, del padre, de los maestros, con el
objetivo de enseñar con el buen ejemplo, dado que existe la tendencia en los
niños a repetir los patrones de conducta de los adultos, particularmente de su
familia.
Tú puedes hacer la diferencia, infórmate, pide ayuda
para ti, o bien para tu esposo, si es el caso de quien está ejerciendo la
violencia física o psicológica.
Es común que la violencia la ejerza el más fuerte sobre
el más débil por razones de edad, fuerza física, conocimientos, superioridad
económica, entre otros, Por la vulnerabilidad de la mujer es que sufre más la
violencia por parte de los hombres.
2) EL PAPEL DE LA MUJER
Es importante que la atención no se limite
solamente a quienes ejercen violencia, sino a quienes la sufren y observan.
Considerando que hay más mujeres víctimas de violencia, es clave su papel en la
creación de un entorno familiar donde hay violencia.
En primera porque al ser tolerantes al maltrato, está
dando un pésimo ejemplo a sus hijos. En segundo, porque el clima de violencia
se está creando por ambas partes. Por ello es importante que la mujer esté
consciente del enorme valor que tiene como persona, por lo que debe darse a
respetar. Exija respeto y no permita nunca ser maltratada, porque nada, pero
absolutamente nada justifica la agresión física y psicológica. Por ello,
no deben poner en riesgo su integridad física por nada. Si la mujer vive con un
agresor, que sufre de trastorno de personalidad, o consume drogas o alcohol, no
debe vivir con él, puede ayudarle a tratarse por fuera en un centro de
rehabilitación, que reciba atención psicológica o psiquiátrica.
Por otro lado, hay que recordar que son muchas mujeres
que ejercen también violencia con sus hijos, los agreden física o bien con
palabras, o ambos, y esto, lo único que provoca además de perjudicar la
autoestima, está enseñándoles a resolver así los problemas. Así que cuando
crezca no dudes que sea de los que agredan a su esposa y a sus hijos, o quiera
siempre resolver sus problemas de manera agresiva.
De igual modo que las mujeres merecen respeto, los niños
también merecen el mismo respeto. No por ser pequeños son menos personas.
3) DOS VALORES CLAVES
Hoy en día que se habla mucho sobre educar en los
valores, existen dos en particular que se relacionan con la prevención y
solución del problema de la violencia, tanto dentro de la familia como fuera,
estos son el respeto y la justicia.
El respeto que significa valorar a los demás, acatar su
autoridad y considerar su dignidad. El respeto exige un trato amable y cortés.
Es la esencia de las relaciones humanas, del trabajo en equipo, de cualquier
relación interpersonal.
La justicia es basada en el reconocimiento y el respeto
de los derechos de los demás, así como en la defensa de los propios derechos.
Por último, hay que poner especial empeño en educar a los hombres, niños,
jóvenes en el valor del respeto particularmente hacia las mujeres.
Oro a Dios por tu vida y la de tu familia, que te dé la
sabiduría para enseñar a tus hijos con buen ejemplo para que se desarrollen en
un ambiente sano lleno de amor, respeto y justicia.
Recibe una Bendición y un Saludo de Tú Amigo
Dios Oye.
Centro Cristiano “Cristo es la Puerta”
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